Una misma noche, Leopoldo Brizuela.

Leonardo Diego Bazán es escritor y regresa a su casa natal para cuidar a su madre viuda. En su estadía, es testigo del asalto a la casa de sus vecinos por las fuerzas del orden y este incidente da pie a que sus recuerdos vuelen, trayendo a su memoria el atentado similar que sufrió en el 76. Para aquel momento, tenía 13 años y Argentina estaba bajo el mandato de la Junta Militar. Todo ello dejó una huella imborrable en su ser, sobre todo al descubrir el papel de su padre en lo sucedido. Así, comienza a escribir una novela para exorcizar y demostrar su pasado, centrándose en Diana Kuperman, que sufrió innumerables torturas psicológicas durante aquel proceso que lucha por olvidar.

Aunque hay treinta años de diferencia entre ambos hechos, la alternancia simétrica entre los sucesos del 76 y del 2010 se van inclinando a favor de éste último, en pro de hacer una revisión de la actualidad, que alimenta los recuerdos del primer suceso. No es un libro sobre la dictadura, sino sobre la memoria, que está contaminada por dicho suceso. Una misma noche es un ejemplo sobre cómo ella impone sus propias leyes y tiene sus exigencias que deben ser satisfechas, sobretodo porque los principales actores de los sucesos más atroces, a pesar de morir, dejan heridas incurables en el pueblo.

Al personaje le perturba el parecido entre el robo sufrido por los vecinos la noche anterior y el asalto que él vivió treinta años atrás. Sin embargo, lo más aterrante no es solo eso, sino que la presencia de rejas en todas las puertas, ventanas y terrazas del barrio, así como el ambiente de temor, sospecha y miedo, prueban que la historia es un ciclo.

Una misma noche es un libro sobre cómo desentrañar la verdad, el miedo, la traición, la brutalidad, la cobardía el sentimiento de culpa que vive en cada supervivencia, que convierte el olvido en la tergiversación de hechos en autodefensa de la memoria que se utiliza para encarar el futuro, emprendiendo un doloroso proceso, que permite que Leonardo Bazán saque a la luz un comportamiento personal y colectivo, donde no hay ni héroes ni villanos y que debe ser destruida así como se acaba con un opresor.

Es una novela que demuestra porqué el pasado no debe olvidarse. Brizuela traza con maestral intriga un thriller que abre paso a múltiples reflexiones, que incluyen escenas incómodas, llenas de violencia, desprecio y miseria de distintos calibres, latentes ayer y hoy. Aborda la represión y los miedos abandonados a través del tiempo, que resucitan a través de lugares comunes, en una noche donde laten las emociones de los hombres, en su poder destructivo, su terror y su impiedad.

El trauma histórico trae consigo un duelo sobre la pérdida, que confronta la memoria del trauma con esta posibilidad. Una misma noche demuestra que la literatura sirve para ser capaz de comprender lo que sucede y darle un significado a partir de revivir el pasado. Lo que se reprime y lo que no puede recordarse sirve para que eso reaparezca una y otra vez.

En definitiva, el escritor reelabora lo traumático de su experiencia, para hacer un equilibrio entre la memoria y el olvido, en una sola noche que trae consigo un pasado violento que logra el equilibrio entre lo verdadero, lo falso y lo ficticio. Una novela indispensable, de las mejores ganadoras del premio alfaguara. Larga vida.