Umami, Laia Jufresa.


El sabor umami es el quinto que perciben nuestras papilas gustativas. Describirlo resulta difícil. Tanto es, que fue descubierto hace poco,  a principios del siglo XX en Japón. La mayoría de nosotros no sabemos reconocerlo, pero está presente en alimentos tan comunes como los champiñones, tomates, pescados, queso o salsa de soja. Sin embargó, también es el nombre de la casa más grande del Campanario, donde los personajes de esta novela conviven. En Umami, Laia Jufresa realiza una propuesta literaria original, en la que explora una amplia gama de sensaciones y emociones propias del ser humano, a través de distintas etapas de la vida. Es, sin duda, una obra coral, donde sus personajes se reinventan para hacerse frente a la dureza y la crueldad de la vida.

Así, la novela se divide en cuatro partes, que a su vez se seccionan en cuatro capítulos, narrados por diferentes voces, que cubren desde el 2001 hasta el 2004. En ellos, la autora reflexiona sobre sobre recuperarse del duelo y regresar a la vida, por mucho que cueste. Noelia se murió y la vida sigue. Una vida miserable, si se quiere, pero aún como y cago, dicen los personajes. Yendo hacia atrás, la autora hace una metáfora de ese proceso de dolor, donde se retorna al pasado en busca del que ya no está, mientras se lucha en el presente por sobrevivir.

Las múltiples voces se expresan esperando con sus palabras suplir los vacíos de una ausencia que, de tanto recordar, se vuelve presencia. Umami invita a la reflexión sobre la ausencia en todas sus variedades, en la que Jufresa reproduce un hecho inevitable de la vida desde diferentes perspectivas que construyen un mural de tonalidades.
 
Casi a modo de cuento, Umami brilla con un lenguaje muy cuidado que le da personalidad a los personajes y una prosa elaborada que le dan un plus a la historia, que gira en torno a temas sensibles, que invitan a reflexionar sobre el no estar desde una perspectiva caleidoscópica, donde no se buscan respuestas, sino consuelos. En reversa, Laia Jufresa renueva viejos temas y, bajo una apariencia superflua, matiza con claridad en cada cara lo que la pérdida representa. Así, Umami es un gran rompecabezas que se arma con cada frase suelta,  uniendo cada recuerdo para armar una novela preciosa.

En sí, en su sentido anacrónico, Umami es una metáfora, ya que en el duelo, el pasado y el presente se funden, así como la lengua humana, aderezados con cinismo y humor, mientras que los personajes intentan explorarse a sí mismos y conectar con su mundo sea como sea, resistiendo como pueden los embates de la vida cotidiana. En definitiva, Umami explora la relación entre polos opuestos, entre tragedia y esperanza, muerte y vida, pérdida y consuelo, con caracteres que se burlan de su desgracia para curar la miseria. Con un sabor parecido al umami, por momentos dulce, otros salados y a veces ácido, Jufresa juega con la versatilidad e inestabilidad de las emociones para construir una novela donde la nostalgia y la tristeza se refugian en la risa para vivir en plenitud. Es preciosa.

      

1 comentario:

  1. ¡Hola!
    Me ha encantado tu reseña,te expresas de maravilla.
    El libro tiene muy buena pinta y va directo a la lista de deseos.
    ¡Un beso!

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