El ruido de las cosas al caer, Juan Gabriel Vásquez.


"Esta historia, como se advierte en los cuentos infantiles, ya ha sucedido antes y volverá a suceder. Que me haya tocado a mí contarla es lo de menos".

El ruido de las cosas al caer relata la vida de Antonio Yammara y su vínculo con Ricardo Laverde, un hombre con el que conversa en un billar de Bogotá y que termina unido a él tras un atentado donde cae muerto y su amigo queda herido. Esto lo deja traumado y sepultado durante años en la ruina física y anímica. El autor se detiene en su desmoronamiento familiar y profesional para dar pie a la reciente historia colombiana en el ocaso de Pablo Escobar, los atentados políticos y las muertes indiscriminadas, que él llama la peste de su país, pues dejó la marca del miedo , la tristeza y el odio en toda su generación, así como a Antonio que, al borde del colapso, comienza a investigar la vida de Ricardo, descubriendo así su relación con el narcotráfico.

De esta manera, construye una novela de dos familias a las que el narcotráfico afecta desde lo más hondo, donde el miedo es su motor. El miedo a salir a la calle, de noche, de recordar, de escuchar un ruido, de ver una sombra, del futuro, del miedo a la vida, a que nos maten un día caminando por la calle, que se desata tras la muerte de Ricardo, que da pie a que todo en la vida de Antonio se caiga.

Pero, ¿qué ruido hacen las cosas al caer? Depende. El de un avión es espantoso. Y aquí se caen varios aviones. El primero, en una exhibición aérea. El segundo el que Pablo Escobar hace explotar. El tercero sería un spoiler. Pero le da título a la novela y no deja de escucharse hasta la última página.

El ruido de las cosas al caer narra las desventuras de una generación que creció bajo el horror de la violencia, engendrada por el narcotráfico y que pretende salir de él, pero que vive bajo el miedo permanente porque, a pesar de que todo terminó, el terror y sus secuelas no se borran. Son estruendosas, como el ruido y dejan cicatrices indelebles sobre el cuerpo colombiano.

Posee una estructura compleja, que parte de la premisa de un thriller y que va más allá de una simple anécdota. Construye el origen y el desarrollo del tráfico de drogas. Pretende que el lector se introduzca en un mundo ingenuo y corrupto, a través de ambientes, paisajes y un estilo que deslumbra gracias a su simplicidad. Nunca se agota y consigue suponer más allá y atar los cabos sueltos. Lo que narra es conocido por su país, configurando el retrato trágico del colombiano de hoy, donde no hay inocentes y todos son culpables de las circunstancias creadas ante lo ocurrido.

Sin embargo, más allá de los hechos históricos, a Vásquez le interesan sus consecuencias en la vida de los demás. En su novela, todos los puntos convergen entre el relato oral y la caja negra de un avión que revela la tragedia padecida por los protagonistas. Por ello, puede leerse como una novela policíaca, con un enigma que debe resolverse al final, que incluso contiene toques de amor, lleno de juegos de azar imprevistos, donde el destino les tranca su felicidad, gracias a la Colombia que les tocó vivir. Haciendo que todo se derrumbe. Dejando un ruido ensordecedor. Como en las mejores tragedias clásicas.

En definitiva, una novela que hace que el lector participe activamente en el relato y viva la cotidianidad de sus personajes. Es maravillosa y resume la historia reciente de Colombia, con un lenguaje preciso, sobrio y carente de todo amaneramiento. Un libro que habla del miedo y del estruendo que produce, que desde su título comienza a dejar cabos sueltos, que al atarse logran la perfección literaria tan soñada para algunos. Sin duda alguna, de los mejores ganadores del premio alfaguara.

1 comentario:

  1. Hola, me llama bastante la atención este libro, y principalmente porque cuenta una historia totalmente realista, este tipo de libros siempre me han llamado mucho la atención, me lo apunto para leerlo, saludos desde kiwybooks.blogspot.com

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