El murmullo de las abejas, Sofía Segovia.


En Linares, al norte de México, en plena Revolución, la vieja nana de los Morales Cortés se pierde en el monte. Al encontrarla, tenía en uno de sus brazos un panal y en otro un bebé bautizado como Simonopio, que llega a la vida de la familia para salvar su estirpe, pues posee una extraña capacidad para percibir el futuro y comunicarse con la Naturaleza, que le permite anticipar la llegada de la influenza española y hablar con las abejas que lo rodean para salvar a su familia de una crisis económica. Así, dichos insectos lo acompañarán toda la vida y guiarán sus pasos en una historia de amor y sangre completamente increíble.

El murmullo de las abejas es una novela familiar, hipnótica, que te atrapa desde las primeras páginas. Segovia, tras el olor de las naranjas, el zumbido de las abejas y el sudor de la tierra, nos acerca a algo tan humano como la vida, alejada de entornos artificiales, que nos muestra que esta historia podría haberle sucedido a cualquiera de nuestros antepasados.

Bajo la premisa del realismo mágico, la autora parte de los quehaceres cotidianos para dotarlos de magia, tomando como telón de fondo a la Revolución Mexicana, donde los propietarios de tierras se enfrentan a los campesinos, yendo más allá de la lucha de clases sociales, tocando puntos que hablan de nuestra realidad como seres humanos.  Con un estilo fluido, dotado de humor, Segovia se acerca a la familia y a la tierra como dos pilares fundamentales en el sentido de la vida, pues constituyen lo que se llama hogar, donde se comparte lo mejor y lo peor del día a día. 
La novela está plagada de personajes increíbles, muy al estilo García Márquez o Isabel Allende, pues la mexicana nos trae caracteres como Beatriz, una mujer de gran entereza, Francisco, un niño de corazón noble, Simonopio, que es completamente trascendental, la nana Reja, de lo más especial y todos los vecinos, amigos, antepasados y familia, que conforman un mosaico inolvidable y una telaraña de sentimientos y emociones que recordaré toda la vida.

"La relación entre el bebé, la nana y las abejas forma como un triángulo, es una magia que ellos comparten, está muy arraigada en la naturaleza. En el interés de la naturaleza por conservar la vida y que continúe el ciclo de vida, cada quien en diferente momento, pero los tres forman un gran equipo para que la vida se logre", afirmó Segovia.

El murmullo de las abejas no tiene pérdida. A lo largo de sus páginas, aprendemos a valorar esa importancia que se halla tras nuestra sangre, nuestro origen, nuestras raíces, que heredamos con ese amor por nuestra cultura, nuestras tradiciones, que forman parte de nuestra vida y que elaboran nuestro sentido de pertenencia, ese saber de dónde venimos, pues no importa dónde estés, sino quién eres. Segovia nos explica que la vida no espera a nadie y que la muerte no avisa su llegada, así que es hora de dejar de ahogar lo que sentimos.

Me quedo con la enseñanza de que “la vida a veces nos susurra al oído, al corazón o a la tripa” y que tampoco da garantías. Simonopio nos enseña a enfrentar esa condición de vida y a encontrar nuestro murmullo y hacerle caso. En definitiva, este libro es una joya.


1 comentario:

  1. Hola, yo leí este libro hace un par de años, lo reseñe en mi blog y personalmente a mi me encanto, lo que dices es totalmente cierto, te deja una enseñanza de vida, a valorar y sentir con más fuerza ese amor que tu misma mencionas por quienes somos realmente, me alegra que el libro te haya gustado, saludos desde kiwybooks.blogspot.com

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