La guerra no tiene rostro de mujer, Svetlana Alexiévich, #LEOAUTORASOCT.


Un millón de mujeres combatieron en las filas del Ejército Rojo durante la II Guerra Mundial, pero nadie nunca ha hablado de ellas. El libro ganador del Nobel 2015 reúne los recuerdos de cientos de ellas, que fueron francotiradoras, condujeron tanques o trabajaron en hospitales de campaña. Su historia es la de la humanidad en guerra. Svetlana Alexiévich parte de preguntas como ¿quiénes eran?, ¿qué les ocurrió?, ¿cómo se transformaron?, ¿a qué le temían?, ¿por qué mataban?, entre muchas otras, para mostrar la parte no heroica del proceso, a menudo dejada de lado en los relatos veteranos. Ella habla de la suciedad, del frío, del hambre, de la violencia sexual, de la angustia y de la sombra perenne de la muerte.

Este libro es lo mejor que he leído en mucho tiempo. La guerra no tiene rostro de mujer es indescriptible y cualquier cosa que diga se quedará corta. Me atrevo a decir que es de los mejores libros que leeré en toda mi vida. Es la otra cara de la moneda. Ellas eran soldados, sí, pero nunca dejaron de ser mujeres, aunque tuvieron que renunciar a tantas cosas. Bajo el deseo de hacer algo, de demostrar que valían, de dejar en alto el nombre de su familia o de querer vengarse, los testimonios de esta obra hacen que en nuestra cabeza quepa, casi por primera vez, la idea de que también hubo mujeres en la II Guerra Mundial, donde algunas colgaron el uniforme para siempre, otras jamás lo abandonaron y otras, simplemente, lo escondieron.

Y sí, para los que dicen que la II Guerra Mundial se ha convertido en un cliché dentro de la literatura, sí, pero La guerra no tiene rostro de mujer es otra perspectiva nunca antes vista, que intenta dar cabida a los problemas de todas y a los testimonios de cada una de ellas, reflexionando sobre lo difícil que fue, aparte de ser mujeres, ser reconocidas como soldados con las mismas capacidades y habilidades que los hombres. Tuvieron que ganarse su respeto y la autora pretende que las escuchemos, para llevarlas siempre en nuestro corazón.

Svetlana Alexiévich sacó a la luz la faceta más oculta del asunto, sepultada bajo los estereotipos que la guerra trae consigo. Con hechos desagradables, que dan asco, la autora narra sucesos increíbles que deben leer, pues es de esos libros que cala hondo y nos desgarra poco a poco, acabando con todo aquello que creíamos conocer.

“Los recuerdos no son historia ni literatura, simplemente son vida, llena de polvo, sin el retoque limpiador de la mano del artista (…) Es justo ahí, en la calidez de la voz humana, donde se oculta la invencible tragedia de la existencia, su caos y su pasión, su carácter único e inescrutable, la realidad interior. Digamos, el alma de los sucesos. Para mí, los sentimientos son la realidad", dice la autora. En definitiva, una historia que se aleja de lo comúnmente contado en los libros, dejando de lado a los grandes vencedores y trayendo a colación la cotidianidad, el dolor, el hambre, la desilusión, el fracaso, la muerte, la familia y lo que significa haber sobrevivido dentro de la guerra, con la amistad, la solidaridad y la entrega. Conmovedor. Imprescindible. Y, para mí, un merecido Nobel.

1 comentario:

  1. ¡Hola!

    Guau, pues me parece un tema super interesante y poco explotado, es que de hecho yo no tenía ni idea, la verdad. Me lo apunto sin dudarlo.

    Gracias por compartirlo :)
    ¡besos!

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