Antigua vida mía, Marcela Serrano.

¡Cómo me gusta esta mujer!

Todos sabemos que Serrano es de mis escritoras favoritas. Aunque no he terminado todas sus novelas publicadas hasta la fecha, siempre recurro a ella cuando busco algo bueno que leer. Es de mis escritoras contemporáneas predilectas y con Antigua vida mía se reitera como una de las voces más fuertes en la novelística latinoamericana actual.

Su obra ahonda en el mundo femenino como pocas escritoras lo han hecho. La fórmula de sus novelas se divide en dos ejes principales: 1) reflexionar sobre la condición femenina haciendo frente a todo lo bueno y todo lo malo que albergamos y 2) la soledad, dentro de un plano metafísico, que permite descubrir la inmensa individualidad que nos rodea como especie humana, sin distinciones, pero que se afianza cuando se es mujer.

En Antigua vida mía, nos presenta a Violeta, nuestra protagonista, que se convierte en noticia tras asesinar a su esposo por intentar violar a su hija. Por otro lado, tenemos a Josefa, una cantante chilena, que narra la historia de su amiga, quien ha tenido una vida muy dura a costa de la pobreza, la infidelidad y el maltrato, que se repite en las historias de sus madres, abuelas y bisabuelas. Marcela junta a ambas mujeres e intenta revivir pedazos de lo que significa ser mujer, además de abordar conflictos propios de nuestro género.  

Es así como esta novela es un punto de entretenimiento y diversión, que mezcla las buenas y malas experiencias de dos amigas en relación a la rutina y la vida cotidiana. Es un relato real de la existencia humana, que se centra en mujeres llenas de penas, miedos, triunfos y éxitos. Marcela Serrano nos da una imagen de lo que constituye ser mujer en la modernidad, abarcando cuatro generaciones de muy diferentes, ligadas a los diversos acontecimientos históricos que les tocó vivir y que vienen conjugados a sus experiencias como mujeres en un mundo machista.

Me encanta la relación entre Josefa y Violeta porque es una amistad verdadera, unidas por una historia común. La base de esta novela es la amistad que se profesan y el aliento que se dan unas a otras dentro del camino que quieren trazar en su futuro, que las lleva a un viaje memorable, en Antigua, donde disfrutan de su encuentro, se ayudan y vislumbran un pornevir mejor.

 

El libro se divide en dos partes: una que recoge las historias de Violeta y Josefa (hijos, vida conyugal, adolescencia, infancia,gustos, etc) y la otra que narra las experiencias de Violeta tras un suceso traumático y el derrumbe de la vida de Josefa, que la lleva a comenzar a curar su alma, donde se incluyen diversas narradoras, que Serrano ha denominado “nosotras las otras”, quienes dotan de una visión más amplia a la narrativa, dando una perspectiva mayor del sufrimiento femenino.

En definitiva, Marcela Serrano tiene el don de hablar de temas tan fuertes como los que aborda en Antigua vida mía con una sutileza impactante. Me encontré en cada uno de estos personajes, sobretodo en esa amistad entrañable, íntima, entre dos mujeres que se quieren, se acompañan, se apoyan, se muestran vulnerables y buscan la felicidad y el éxito a través de dos formas de ver la vida, acompañadas de sus similares. Es, sin duda una historia que desarrolla una escala de grises, donde la relación entre féminas es el punto de partida y cuyo par de amigas protagonistas me encantaron, pues me recuerdan a una hermosa y preciada amistad para mí.