Valle zamuro, Camilo Pino.


Valle Zamuro parte en la Venezuela de 1989, introduciendo a Alejandro Roca, que se enfrenta a tabúes y convenciones sociales en un proceso de maduración forzado por un mundo cruel y violento, que presencia el Caracazo mientras escribe su novela, encarnando la historia de toda una generación.

Galardonado con el XV Premio de novela Carolina Coronado en España, Pino construye la historia del “Valle Zamuro”, colocando a un animal que se asocia con la muerte, la descomposición, la basura y la carroña, para reflejar lo que estaba viviendo Venezuela a finales de los 80’s, durante el segundo mandato de Carlos  Andrés Pérez, con el estallido social que fue el punto de quiebre, el principio del fin, que le permite al escritor capturar la Caracas que vive en el subconsciente del grupo de jóvenes de clase media que fueron sacudidos por la realidad impensable que rodeaba al Caracazo y que los transformó para siempre.

Con un lenguaje venezolanísimo y un estilo directo, cargado de humor, ironía y con una crítica bien cargada, el escritor, a través de Alejo, su trabajo, familia, amigos y amores, mezcla los hechos históricos con las historias, rumores y leyendas que corrían por las calles de Caracas.  "A brindar por Caracas y sus loquitos, que parecen salidos de la cabeza de ese tipo. Eso es lo que somos, actores de televisión mala, entrevistados de  Despachos; personajes de drama barato, obsesionados con nuestros ombligos, empeñados en postergar el gran final, hasta que un día viene y, ¡pum!, explota delante de nosotros, y ni siquiera entonces nos damos cuenta de lo que hemos estado conjurando por años, de que todos nuestros actos han sido parte de un plan, de una historia que no puede terminar bien."

En tres tiempos en los que el protagonista se descubre, vive el estallido y la caída del mismo, Alejo cae en un abismo y sale transformado. Proyectando el inconsciente colectivo mediante la figura carroñera del zamuro, Pino  logra transcribir una época que ha marcado un precedente, reafirmando que la historia de Venezuela es inmune a los años, pues seguimos padeciendo los mismos peos sociales. Afirma que dentro de la novela no hay intenciones políticas, pero "si quieres escribir sobre Venezuela tienes que escribir sobre política, porque la política es como la peste, que absorbe todos los espacios; esta novela es un ejercicio de memoria, lleno de mentiras porque es ficción. Escogí ese género porque así aprendí a escribir".

"Porque toda tragedia tiene su comedia; traté de hacer una historia digerible, nada heavy", dice, asegurando que no hace referencia a la situación actual del país, pero reconoce que lo lleva implícito porque vivimos en ciclos apocalípticos. Estamos acostumbrados cada año a vivir un evento que lo paraliza todo. El final de la historia es más cerrado de lo que yo tenía planteado", asumiendo que vivimos en un ciclo de práctica y error del que no hemos aprendido nada.

En definitiva, una novela cargada de humor, que arremete contra un período que marcó al autor y que transcribe en un valle de zamuros que amenaza con acabar con nosotros.

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