Monstruos invisibles, Chuck Palahniuk.


Vivan los excéntricos.

Chuck Palahniuk se ganó mi corazón con El club de la pelea. En Monstruos Invisibles, vuelve con sus personajes estrambóticos en situaciones extremas y conflictos y alucinógenos.

En esta tercera entrega, nos cuenta la historia de Shannon, una modelo a la que su novio trata de asesinar a petición de su mejor amiga llamada Evie, que ahora es su amante. En este intento, sólo consigue arrancarle la mandíbula inferior y deformarle la cara, convirtiéndola en un monstruo. En su estadía en el hospital, conoce a Brandy, un transexual que espera su operación para ser mujer y que la convence de su belleza intención. Al salir de allí, busca venganza prendiendo fuego a la mansión de la causante de su desastre, atrapando a Mangus, su novio, rematando el encargo cumplido. Es así como junto a este y Brandy, emprende un viaje por Estados Unidos en búsqueda de la hermana del mismo, que termina siendo ella, mostrando una historia llena de lazos familiares que terminan en sangre y muchas verdades.

Sin duda alguna, me declaro fan de Palahniuk. Monstruos invisibles me ha encantado. El escritor sigue manejando su estilo, lleno de frases cortas, mantras, narrador en primera persona y mucha investigación tras los temas que trata, cosa que me parece ideal y que funciona a la perfección. Sabe hacer muy bien lo que pretende y, al igual que en El club de la pelea, la protagonista renuncia a su pasado, a su antiguo rostro, para reconstruirse a sí misma desde una nada absoluta de manera voluntaria, tomando posición frente a la alienación social actual, abordando el tema de aceptación y reafirmación.

Shannon es el producto perfecto que esta sociedad ha fabricado: guapa, inteligente y querida por todos. Pero cuando se convierte en un monstruo invisible, lo afronta sola, pues ha perdido todas las facultades que la hacían perfecta, que va de las grandes ansias de vivir a la autodestrucción. Sin duda, esta obra tiene un gran poder reflexivo, con una narrativa directa y aplastante, que entremezcla varios hilos argumentales y que distribuye los plot-twist a lo largo del libro, hasta llegar a la vorágine final.

En definitiva, una novela entretenida, que está muy bien y, aunque no está a la altura de El club de la pelea, se presta para una amplia reflexión, brinda mucho entretenimiento y no está para nada mal.

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