La más fiera de las bestias, Lucas García.

Un hombre despierta atado a una cama. No sabe ni quién es ni porqué está ahí, rodeado de enfermeros que van y vienen, perforando sus brazos y llenándolos de fluidos que acaban poco a poco con él. Está seguro de que no es un hospital, pero tampoco es una cárcel y cada vez que intenta conectarse con la realidad es derribado por un nuevo pinchazo. Acusado de un crimen superior, es torturado, denigrado, demolido, cosa que lo lleva al peor de los castigos: rastrear su identidad. Con un lenguaje sobrio que construye imágenes precisas, Lucas García nos entrega una novela perturbadora en el más explícito sentido de la palabra, llena de violencia, que azota al impostor que llevamos dentro y que nos dota de crueldad.

A través de un personaje atrapado en sí mismo, que no puede escapar de quien es, el escritor nos corta la respiración y transmite todo el dolor y toda la sangre que desborda en esta novela que es, sin duda, una joya construida en pocas palabras. "El dolor no se detiene, crece y se lo come todo. El mundo es un cadáver podrido, es un paraje en tinieblas".

Sencillo: la más fiera de las bestias eres tú. García reflexiona sobre lo implacable e impredecible que podemos ser ante situaciones extremas, con un lenguaje que evidencia influencias cinematográficas, que lo llevan a construir una propuesta diferente, llena  palabras desenfrenadas e imágenes que estallan en la mente del lector, dejando una huella imborrable que lo lleva a abrirse camino en el mundo de la literatura.

Lucas García habla de la justicia, acerca del abandono de las leyes a sus ciudadanos en un estado de amenaza, que los lleva a aplicar la justicia por mano propia, rompiendo el orden humano y abriendo paso a un animal instintivo y feroz. El escritor se conecta con la psiquis colectiva, confrontándonos con uno de nuestros deseos más profundos: darle el justo castigo a quienes nos atacan, que nos lleva a transformarnos de víctimas… a victimarios.

Además de todo, La más fiera de las bestias es un reflejo de Caracas, de la violencia cotidiana, done la justicia se privatiza y pasa a manos de los ciudadanos que propinan los castigos que consideran necesarios a los de su misma especie, cayendo en un espiral donde se vuelven parte de la misma violencia que critican.

En definitiva, la novela es increíble y se va directo a mis favoritas de este año, ya que en ella García combina la venganza con la violencia y concluye que nadie es inocente en un mundo que nos transforma en las más fieras de las bestias.