Me
encantan las películas de terror. Por alguna razón, lo paso muy
bien sufriendo con la adrenalina a millón. Y es exactamente eso. Soy
una adicta de la adrenalina. Sin embargo, debo admitir que es
poquísimo lo que he leído de terror, por lo que me he propuesto
investigar e incursionar más en este genero que casi nunca defrauda. En esa búsqueda llegué a Demonia, novela en la que Bernardo Esquinca me demostró porqué el terror
latinoamericano es el mejor.
Es así como Demonia ofrece nueve relatos que recorren el amplio espectro de nuestras peores pesadillas y temores más fuertes, encontrándonos con obsesiones y enigmas recurrentes que acarrean la mente del escritor y que nos exponen como lectores a enfrentarnos a las zonas más oscuras de nuestro inconsciente, donde el mal es un virus perverso que se apodera de nuestras pulsiones y las potencia.
Ningún
cuento te deja indiferente. El mexicano logra atraparte en cada
historia, dejándonos impacientes por saber qué pasará a
continuación, a través de relatos muy breves que aborda sumamente bien. El
terror está tan cercano y fantástico, que te apega a él y te
absorbe de una manera increíble. Por ello, este libro es de mis favoritos del 2017, pues yo no conozco México y me he sentido en el Centro
Histórico que el escritor describe.
Entre
los nueve relatos, destaco “A donde siempre voy de noche” y “El
contagio”, que me ha impactado por la calidad del trasfondo y los
recursos que utiliza el escitor para crear esa sensación de adrenalina y mucho miedo. Esquinca se ha ganado
mi corazón, con esta antología, que he devorado en un dos por tres. En ella, demuestra que es un maestro del género, que promete mucho en la narrativa latinoamericana
contemporánea.
El
escritor toma clichés del terror y les da un giro insospechado y
fresco. Parte de las típicas brujas, insectos piscópatas, fantasmas,
posesiones demoníacas, maldiciones caribeñas y libros antiguos para
darles finales sorprendentes, que me han dejado con muchas ganas de
leer más. Esquinca a través de
un narrador en primera persona, conjugado en grabaciones, fragmentos,
libros, artículos y testimonios, crea una atmósfera tensa, que nos
mantiene a la expectativa que nos sorprende continuamente y que hacen de Demonia un libro grandioso.
En ella, se encierra un demonio que, a través de las páginas de su libro, nos enfrenta a criaturas terribles, locos, desapariciones, maleficios y castigos heredados. Así, esta es una antología para leer en la oscuridad, que parte de una gama terrorífica, presentada en párrafos breves, donde todo es posible. En consecuencia, su lectura resulta rápida y fresca, pues, además, se apoya en acontecimientos cotidianos, experimentados por personajes como tú y como yo, que viven el horror del día a día y que nos cuentan sus más oscuras perversiones.
El miedo a ser contagiado por la locura parece ser el tema central de cada uno de sus cuentos, abordado desde el temor de perder la cordura como una especie de enfermedad infecciosa que amenaza nuestra integridad emocional y espiritual. Esquinca toma el contexto histórico Mexicano para hacer una narrativa que cuestiona la salud mental, adentrándose en los miedos de la humanidad contemporánea, que está inmersa en un estilo de vida rutinario y monótono, mediante personajes habitantes grandes urbes, que se debaten entre la locura y la cordura.
“Creo
que vivimos hoy en día una realidad muy prosaica, muy burda, muy
vulgar; como todo lo que vemos en las noticias; la violencia. Creo
que la labor de la literatura de terror es reinventar esa realidad
para que el lector se encuentre con otras posibilidades que, por
supuesto, le van a hablar del miedo cotidiano”, dice
el escritor, sembrando la duda en los personajes y el lector,
danzando entre la imaginación y la realidad.
Es
así como Demonia sobresale por abordar y renovar muchos tópicos de
la literatura de terror de manera sin igual, tomando como base el folklore mexicano y dándole forma a sus cuentos a través de temas como la muerte, el sexo, las enfermedades, las maldiciones, etc. que consiguen hacer del libro una antología maravillosa, fácil de leer, escrita en un tono oral que me recuerda a las leyendas transmitidas de generación en generación.
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