Demonia, Bernardo Esquinca.


Me encantan las películas de terror. Por alguna razón, lo paso muy bien sufriendo con la adrenalina a millón. Y es exactamente eso. Soy una adicta de la adrenalina. Sin embargo, debo admitir que es poquísimo lo que he leído de terror, por lo que me he propuesto investigar e incursionar más en este genero que casi nunca defrauda. En esa búsqueda llegué a Demonia, novela en la que Bernardo Esquinca me demostró porqué el terror latinoamericano es el mejor.


A través de tan solo 161 páginas, Esquinca nos trae una serie de cuentos que comienzan con un hombre que está convencido de que las moscas forman una legión infernal que quiere acabar con él. Luego, aparece una fantasmagórica sombra que espía el sueño de una joven pareja que tiene encima a una maldición caribeña. Pasa a un asesino que secuestra niños para torturarlos. Sigue con unos extraños seres cuyas apariciones están relacionadas a las desgracias mundiales y termina con un grupo de amigos que se enfrenta a una posesión satánica que los torturó 20 años atrás. 

Es así como Demonia ofrece nueve relatos que recorren el amplio espectro de nuestras peores pesadillas y temores más fuertes, encontrándonos con obsesiones y enigmas recurrentes que acarrean la mente del escritor y que nos exponen como lectores a enfrentarnos a las zonas más oscuras de nuestro inconsciente, donde el mal es un virus perverso que se apodera de nuestras pulsiones y las potencia.  

Ningún cuento te deja indiferente. El mexicano logra atraparte en cada historia, dejándonos impacientes por saber qué pasará a continuación, a través de relatos muy breves que aborda sumamente bien. El terror está tan cercano y fantástico, que te apega a él y  te absorbe de una manera increíble. Por ello, este libro es de mis favoritos del 2017, pues yo no conozco México y me he sentido en el Centro Histórico que el escritor describe.

Entre los nueve relatos, destaco “A donde siempre voy de noche” y “El contagio”, que me ha impactado por la calidad del trasfondo y los recursos que utiliza el escitor para crear esa sensación de adrenalina y mucho miedo. Esquinca se ha ganado mi corazón, con esta antología, que he devorado en un dos por tres. En ella,  demuestra que es un maestro del género, que promete mucho en la narrativa latinoamericana contemporánea.

El escritor toma clichés del terror y les da un giro insospechado y fresco. Parte de las típicas brujas, insectos piscópatas, fantasmas, posesiones demoníacas, maldiciones caribeñas y libros antiguos para darles finales sorprendentes, que me han dejado con muchas ganas de leer más. Esquinca a través de un narrador en primera persona, conjugado en grabaciones, fragmentos, libros, artículos y testimonios, crea una atmósfera tensa, que nos mantiene a la expectativa que nos sorprende continuamente y que hacen de Demonia un libro grandioso.

En ella, se encierra un demonio que, a través de las páginas de su libro, nos enfrenta a criaturas terribles, locos, desapariciones, maleficios y castigos heredados. Así, esta es una antología para leer en la oscuridad, que parte de una gama terrorífica, presentada en párrafos breves, donde todo es posible. En consecuencia, su lectura resulta rápida y fresca, pues, además, se apoya en acontecimientos cotidianos, experimentados por personajes como tú y como yo, que viven el horror del día a día y que nos cuentan sus más oscuras perversiones. 

El miedo a ser contagiado por la locura parece ser el tema central de cada uno de sus cuentos, abordado desde el temor de perder la cordura como una especie de enfermedad infecciosa que amenaza nuestra integridad emocional y espiritual. Esquinca toma el contexto histórico Mexicano para hacer una narrativa que cuestiona la salud mental, adentrándose en los miedos de la humanidad contemporánea, que está inmersa en un estilo de vida rutinario y monótono, mediante personajes habitantes grandes urbes, que se debaten entre la locura y la cordura. 

Creo que vivimos hoy en día una realidad muy prosaica, muy burda, muy vulgar; como todo lo que vemos en las noticias; la violencia. Creo que la labor de la literatura de terror es reinventar esa realidad para que el lector se encuentre con otras posibilidades que, por supuesto, le van a hablar del miedo cotidiano”, dice el escritor, sembrando la duda en los personajes y el lector, danzando entre la imaginación y la realidad.

Es así como Demonia sobresale por abordar y renovar muchos tópicos de la literatura de terror de manera sin igual, tomando como base el folklore mexicano y dándole forma a sus cuentos a través de temas como la muerte, el sexo, las enfermedades, las maldiciones, etc. que consiguen hacer del libro una antología maravillosa, fácil de leer, escrita en un tono oral que me recuerda a las leyendas transmitidas de generación en generación. 

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