A través de la
historia de Ana Isabel, Antonia Palacios nos remonta a la Caracas de principios
del siglo XX, mediante la mirada introspectiva de una niña decente hacia sus
primeras experiencias como mujeres ante los mayores y los otros niños, narrados
con una prosa de buena poesía, que habla sobre las primeras veces y los
acontecimientos importantes que nos forman como persona y que componen tu
esencia, ayudándote a comprender cómo funciona todo.
Leer esta novela es
como ver un álbum de fotografías de cuando eras niño y recordar esos momentos
especiales. Palacios la estructura a través de los ojos de una niña que se
maravilla y se impresiona por todo, gracias a su ingenuidad y decencia dentro
de una sociedad provinciana y envidiosa, resentida y racista, que la envuelve
mientras intenta comprender el mundo.
Ana Isabel, más
allá de cualquier otra cosa, me hizo
revivir mi infancia y aquellos recuerdos llenos de nostalgias de una niñez
inocente. Esta sencilla histórica me conmovió hasta la médula, me llenó de toda
clase de sentimientos, haciéndome reflexionar de una forma tierna. Me partió el
corazón. Me hizo sentirme yo, en todo el sentido de la palabra.
No se puede explicar lo maravilloso que es este libro, será mejor que lo lean y
saquen sus propias conclusiones. Es una novela para revivir lo que fuimos y el
venezolanismo, partiendo de la experiencia de la autora. En definitiva,
precioso, adorable e indispensable.
Interesante reseña; sencilla, pero correcta e interesante.
ResponderEliminarHay alguna forma de conseguirla en digital?
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