Con un uso del lenguaje precioso, Marianne
Díaz construye un conjunto de relatos que giran en torno al cuerpo femenino. En
Cuentos en el espejo, la mujer se desdobla en su cotidianidad y deja caer
fragmentos que recrean pequeños instantes de dramas habituales, que conviven
bajo la sombra del dolor y la ruptura. Ahí, subyace su alma, que toma giros
inesperados y nos lleva a los más recónditos lugares de la monotonía, con las
emociones a flor de piel.
Partiendo de la
normalidad que se haya en nuestros rituales domésticos, los relatos de esta
colección toman la sencillez y trivialidad de estas situaciones y recrean
memorias escabrosas y viejos dolores que hacen mella en la rutina. Con una
prosa fluida, natural y sumamente sensitiva, Díaz da la sensación de estar
contándonos los cuentos mientras nos tomamos un café.
Ella se centra en eso
que tenemos al lado y que no somos capaces de ver, con una perspectiva
femenina, a través de personajes que parecen ser una extensión de su propio
ser. Mi favorito, sin duda alguna, es Desagüe. Cuentos en el espejo es un libro
precioso que, en definitiva, deben leer porque tiene esa esencia venezolana que
sólo ella sabe manejar, poniendo el ojo en aquello que está deseando en ser
descubierto y que nos muestra a través de esta colección de maravilla.
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