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Las 9 musas del Olimpo.
Las musas eran
aquellas divinidades inspiradoras del arte, que presidían distintas
ramificaciones de la misma. Eran Calíope, Clío, Erato, Euterpe, Melpómene,
Polimnia, Talía, Terpsícore y Urania, hijas de Zeus y compañeras de Apolo,
patrón de las bellas artes, siendo agentes de vital importancia para las mismas
en la Antigua Grecia.
Calíope, la de la
bella voz, era la musa de la elocuencia, la belleza y la poesía épica o
heroica, era representada con una corona de laurel y una lira. Clío, la que
ofrece gloria, fue la musa de la historia, cuya función era mantener vivos los
actos generosos y los triunfos, representada con una trompeta y un libro
abierto. Erató, la amorosa, se encargaba de la poesía lírica-amorosa, coronada
con rosas y una cítara. Euterpe era la musa de la música, se le representaba
con una flauta y una corona de flores. Melpómene, la musa de la tragedia,
despertaba el ingenio y la imaginación. Polimnia, era la musa de los cantos
sagrados y la poesía sacra, siempre vestida de blanco. Talía, la festiva, era
la musa de la comedia y la poesía bucólica, presidía los banquetes y tenía el
don de la abundancia. Terpsícore era la musa de la danza y se representaba con
guirnaldas. Por último, Urania era la musa de la astronomía y las ciencias
exactas, portando un globo terráqueo que mide con un compás.
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Frixo y
Hele.
Cuenta la leyenda que en la tierra de
Arcadia, reinaban Atamonte y Nefele, diosa de las nubes, que dio a luz a Frixo
y Hele, sus hijos y adoración. Sin embargo, el rey llevaba tiempo descuidando a
su familia, pues se había enamorado de otra mujer con la que terminó casándose.
Frente a esto, los hermanos comenzaron a
sentirse muy infelices, pues su nueva madre los odiaba profundamente, sobre
todo a Frixo. Tanto dio, que ideó un plan malévolo para deshacerse del niño,
así que quemó todas las semillas de trigo de la comarca y lo culpó, alegando
que el Oráculo le había dicho que para remediar dicha situación, el pequeño
debía ser sacrificado.
Su padre aceptó y mientras los niños jugaban, su madre Nefele los vigilaba desde el cielo, por ello, cuando se enteró de los planes de Ino, se propuso que nadie les haría daño nunca y envió un carnero dorado para alejarlos del lugar. La llegada del enviado sorprendió a los hermanos, que comenzaron a jugar con él, hasta que este comenzó a moverse y en poco tiempo a volar, siendo rescatados por su madre, mientras su padre y su nueva esposa gritaban desde el suelo intentando impedir su huida, mientras ellos desaparecían tras las nubes.
Desesperados por la huida del precioso
animal, Ino y Atamante se propusieron emprender la búsqueda del animal. Mientras tanto, Frixo y Hele continuaban su
viaje por los cielos, pero Hele comenzó a sentirse cansada, sin poder sujetarse
a su hermano y muriendo ahogada, dando origen al lugar de Helesponto, en medio
del océano, que hoy se conoce como el estrecho de Darnelos.
Frixo creció fuerte y feliz en el palacio del
rey Eetes, terminó casándose con Calcíope y en agradecimiento al gran Zeus,
sacrificó al carnero, que lo convirtió en la constelación de Aries, y le dio la
piel a su suegro, que lo colgó en un roble que era custodiado por un dragón.
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El vellocino de Oro.
Yolco era una ciudad de la Antigua Grecia
gobernada por Esón, hasta que Pelias, su hermano, lo derrotó y su hijo Jasón,
que juró venganza, fue llevado hasta el monte Pelión, para terminar su
educación bajo la mrada de Quirón.
Cuando ya se había vuelto un hombre, volvió a
su tierra natal en busca de cumplir lo que de niño había prometido. Durante el
viaje, perdió una sandalia al ayudar a una anciana a cruzar un río, que no era
otra que Atenea, quien le concedió varios favores. Al llegar, se le presentó a
su tío con un pie descalzo para exigirle su herencia.
Pelias, advertido por el Oráculo, decidió que
debía enviarlo lejos. Y lo consiguió diciéndole a Jasón que si era capaz de
traer ante él el Vellocino de Oro, el reino sería suyo de nuevo. Él aceptó sin
titubear y partió hasta el bosque de Colcos, donde un terrible dragón
custodiaba dicho bien. Preocupado, acudió hasta Argos, el carpintero, que le
construyó el primer barco de la historia.
Escogió a quienes lo acompañarían. En total
eran cincuenta y a partir de aquel momento, se les conoció como los Argonautas.
Muchas fueron sus aventuras hasta llegar a Colóquide, donde le entregarían el
ansiado vellocino. Pero Aestes, el rey, no quería ceder tan fácilmente, por lo
que le pidió domar a unos bueyes con pesuñas de bronce, para conseguir sembrar
los dientes del dragón de Cadmo, fundador de la ciudad de Tebas.
Pero Medea, hija del rey, se enamoró de Jasón
y prometió ayudarlo en secreto. Él aceptó y gracias a la magia de la joven
superó con éxito la tarea solicitada.
Aún así, Aestes no sólo se negaba a darle el vellocino, sino que planeó
acabar con Jasón. Sin embargo, no contaba con que su hija ayudaría al héroe a
vencer al dragón que cuidaba el tesoro de su padre.
En su viaje de regreso a Yolco, Medea
convenció a las hijas de Pelias de que podría regresar la juventud al cuerpo
del rey. Pero el pueblo se horrorizó tanto ante el suceso, que los echaron de
la ciudad y debieron huir hacia Corinto y olvidarse para siempre de su antigua
ciudad, dando origen a una de las más grandes tragedias griegas: el triángulo
amoroso entre Glauca, Medea y Jasón que explicaré en otro momento.
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Psique y Eros.
Psique era la menor de tres hermanas, tan
hermosa que los habitantes que la rodeaban dejaron de adorar a Afrodita para
hacerlo con ella. Aún así, era la única que no se había casado. La diosa,
celosa e iracunda por haber sido desplazada por una mortal, envió a su hijo
Eros para que despertara en ella la mayor pasión por el ser más monstruoso y
cruel que existiera sobre la faz de la tierra. Pero cuando este vio a la chica,
se clavó sus propias flechas y se enamoró de la joven.
Los padres de Psique preocupados porque su
hija aún no encontraba esposo, consultaron al Oráculo de Apolo, donde Eros
aprovechó para darles el falso mensaje de que debían llevar a Psique a lo alto
del monte, donde la desposaría un hombre que hace temblar al mismo Zeus. Dicho
esto, en lo alto del lugar, ella esperaba por el susodicho, pero él no llegó y
al caer la noche fue transportada a través del aire y se desvaneció.
Cuando despertó, se encontró en un gran
palacio sola; hasta que escuchó que alguien le dijo: “pide cuanto quieras y
todos tus deseos serán órdenes”. Psique pidió muchas cosas, para probar a la
voz que le hablaba, que le repetía constantemente que su esposo vendría a verla
cuando fuera el momento.
Caída la noche, la voz que le hablaba le
anunció que ya había llegado el momento: Aquí está tu esposo Psique, le dijo.
Ámame como yo te amo, por encima de todo, y no busques a nadie más. No puedo
decirte mi nombre, ni ver mi rostro, pero si me amas como yo a ti, seremos
siempre felices”.
Durante muchas noches, Pisque fue amada por
aquella sombra que no podía ver, mientras que durante el día, paseaba por el
palacio y sus jardines. Una noche, le pidió a su amado poder ver a su familia y
al llegar la luz del sol, despertó en el palacio de su padre, a quien le contó
todo lo ocurrido. Sus hermanas le dieron una lámpara para que la encendiera
mientras su amado dormía, para así poder verle el rostro.
Al anochecer, ella volvió a aquel mundo con
su amado. Fingió estar cansada y quedar dormida, esperando a que él lo hiciera
para encender su lámpara. Así, vio al mismo Eros, dios del amor, entre sus
brazos. Absorta en su impacto, una fota de cera caliente cayó sobre él,
despertándolo, a lo que él respondió que sólo podrían ser felices si ella no
sabía quién era y que ahora, que sabía quién era, todo había terminado, no
podía ni quererla ni permanecer a su lado.
Psique intentó retenerlo, pero fue inútil
porque todo lo que la rodeaba se desvaneció. Vagó por mucho tiempo, hasta que
llegó al templo de Afrodita y le pidió ayuda, pero ella, enojada, la puso a prueba.
Primero, la mandó a buscar agua de la Fuente
de la Belleza, cuya tarea logró. Luego, le dijo que le trajera lana caliente de
las ovejas del monte Ados, seres gigantes que atacaban a cualquiera que se les
acercase, sin embargo, ella lo consiguió y logró convencer a Afrodita de que realmente
estaba dispuesta a hacerlo todo por él. Al ver esto, le pidió una última tarea;
la llevó al granero de trigo, maíz y mijo y le pidió que separara las tres
semillas en montones distintos. Psique trabajo toda la noche y la diosa la
observó y al ver su fe, le envió a todas las hormigas de la tierra para que la
ayudaran.
Así, la madre de Eros aceptó que el amor era
real. Pero aún así, le exigió que se llenara la esencia de la inmortalidad que
Perséfone guardaba en el inframundo. Psique logró llegar hasta el lugar, pero a
cambio, le pidió su voz. Ella aceptó y recibió una cajita de oro que debía
abrir cuando ya llegara a la tierra. Así lo hizo, pero sólo salió un pequeño
humo que dispersó el viento. Se sintió engañada e intentó llamar a Eros y a su
familia, pero no tenía voz.
Mientras tanto, su amado vagaba por la
tierra, cuando oyó el llanto que la llevó hasta Psique, a quien encontró
arrepentida y enamorada. Viendo esto, la llevó dormida hasta el Olimpo para
pedirle piedad a Zeus. Este le consultó a Afrodita, quien ya la había perdonado
y así la joven logró recuperar la voz y volverse inmortal. Desde ese momento,
reina en compañía de Eros, y bajan a la tierra para demostrar que el amor
necesita de cierta ignorancia y que el mismo no debe analizarse, sino sentirse.
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Juicio de Paris.
La Guerra de Troya es, sin duda, el pasaje
más conocido de toda la mitología griega. Sin embargo, poco se habla de su
desencadenante: el juicio de Paris.
Todo comenzó en la boda de Tetis y Peleo,
donde todos los dioses y mortales habían sido invitados, menos Eride, diosa de
la discordia, que planeó una venganza digna de su nombre. Se presentó a la
fiesta con una manzana de oro que era para la más bella, la lazó sobre la mesa
de los dioses y se retiró. En ese momento, Atenea, Afrodita y Hera comenzaron a
discutir por quién era la susodicha, a lo que Zeus respondió que pertenecería a
una mortal.
Paris fue el escogido para escogerla, pues su
juicio sería imparcial. Las tres vanidosas diosas trataron de convencerlo con
grandes recompensas. Hera le ofreció todo el poder que quisiera y el título de
Emperador de Asia; Atenea le ofreció la sabiduría de cualquier guerra y
Afrodita le prometió el amor de la mujer más bella del mundo. Viendo esto,
Paris la seleccionó como la ganadora, sin saber que desencadenaría la peor
guerra de la historia, pues la mujer seleccionada fue Helena, la esposa de
Menelao, rey de Esparta.
La promesa se llevó a cabo, consiguiendo que
Paris raptara a Helena, llamándola Helena de Troya y desembocando la legendaria
Guerra de Troya.
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Fineo y las arpías.
Como ya sabemos, las arpías son monstruos con
cuerpo de ave, cabeza de mujer y grandes garras, que emiten un chillido
horrible. Existen tres de ellas, hijas de Taumante y Electra, llamadas Alelo, Nicótoe
y Ocítepe, que le amargaban la vida al rey de Tracia, llamado Fineo, quien
había sido castigado por Zeus por revelar mensajes divinos.
Cada vez que el rey se sentaba a comer, las
arpías caían desde el cielo y le arrebataban los platos de manjares, dejando
solo las migajas suficientes para que el rey sobreviviera para el siguiente
tormento. Pero con la llegada de los Argonautas, Fineo logró deshacerse de
ellas, ya que Zetes y Calais, que también tenían alas, salieron tras su caza.
Pero el dios Iris intercedió pues eran
servidoras de Zeus. Para salvar su vida, prometieron no molestar más a Fineo y
desde aquel momento viven en una oscura caverna en Creta.
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El mito de Cadmo.
Cadmo era uno de los hijos de los reyes de
Tiro. Con sus hermanos, buscaba a Europa, que había sido raptada por Zeus.
Cadmo y su madre Telefasa llegaron a Tracia y ahí permanecieron hasta que ella
murió tras dar a luz a Fineo, así que le tocó seguir solo buscando a su
hermana.
Tras la gran incertidumbre, decidió viajar a
Delfos para consultar al Oráculo. La respuesta otorgada fue que debían cesar su
búsqueda porque su verdadera misión era formar un nuevo reino en Grecia. Para
ello, debían seguir diversas instrucciones: Seguir a una vaca blanca hasta que
sea se cansara y ahí, construir una ciudad protegida por murallas, formando así
Tebas.
Como agradecimiento, debía sacrificar dicha
vaca en un ritual cerca de un manantial cercano. Decidió enviar a sus hombres
por ella y al ver que no volvían, fue a ver qué pasaba con su gente. Al llegar,
vio que un feroz dragón se los había comido a todos y en un ataque de ira, lo
mató.
Aún así, Cadmo no estaba tranquilo, pues se
había quedado sin hombres, así que le rogó a Atenea, quien le ordenó sembrar
los dientes del dragón. Al hacerlo, surgieron de la tierra grandes guerreros
que luchaban entre ellos, donde sólo cinco lograron sobrevivir.
La bestia que mató era sagrada para Ares y su
muerte representaba una verdadera ofensa. Zeus intervino logrando un acuerdo,
haciendo así que Cadmo sirviera a Ares durante ocho años y al finalizar, se
casaría con su hija Harmonía, diosa de la concordia.
Así fue, se casaron por todo lo alto y cada
dios les dio un regalo. Pero Ares, aún lleno de rencor, les obsequió un collar
maldito. Cadmo y Harmonía gobernaron Tebas por muchos años y tuvieron cinco
hijos, que fallecieron en un trágico final. Sémele murió abrazada por los rayos
de Zeus, Autónoe, Ino y Agave enloquecieron y Polidoro fue asesinado, todo
gracias al collar que había traído desgracia a la familia durante tantas
generaciones.
Tantas tragedias
sufrió Cadmo que su mente se enfermó y en su cabeza sólo permaneció el
pensamiento de que hasta una serpiente sería más feliz que él. Hasta que un
día, se convirtió en lo que tanto pensaba. Cuando su esposa lo vio, le suplicó
a los dioses que le permitieran ser igual que su amado, convirtiéndose también en
el poderoso reptil. Zeus, conmovido, decidió llevarlos a los Campos Elíseos,
donde van aquellos premiados por los dioses
¡Hola!
ResponderEliminarMe encantan los mitos griegos así que me ha encantado tu entrada.
Un beso.
Hola!
ResponderEliminarHa sido ver en la lista de blogs el nombre de tu entrada y pincharle al momento pues me encanta la mitología. Tu entrada me ha parecido súper interesante, y espero que sigas haciendo más!!! No sé si has leído Rojo y Oro, pero es un libro que también tiene de temática la mitología, a mi me ha encantado, yo creo que te gustará a ti también
Un beso y espero la siguiente entrada de esta sección!!