Tú no eres como otras madres. Y yo nunca había leído un libro como este, y no volví a ser la misma jamás.
Vivan esos libros que están a la par con la vida. Me encanta todo lo que tenga que ver con la II Guerra Mundial, y Tú no eres como otras madres narra las memorias de la mamá de la autora que se creyó alemana antes que judía y terminó comprendiendo que sería tratada y marginada por ser judía y que su condición de alemana no valía para nada. Schrobsdorff cala hondo en su biografía y nos trae una novela que aborda en un montón de hechos reales, que es un relato veraz del tiempo y de ciudades dominadas por millones de fanáticos, denominados el pueblo alemán, que terminaron fulminando a millones de personas, entre ellas los protagonista de éstas páginas, debido a su condición racial.
Su madre es como un puzle de 1000 piezas que vamos
armando. Está llena de compasión, admiración, pero con una mirada muy crítica, Schrobsdorff
la retrata, con una prosa fascinante y fuerte, y narra las múltiples vidas de
una mujer que, sin duda, no era como las otras. Aquí reconstruye la vida real e inconformista de su mamá, una
mujer nacida en una familia burguesa y Judía de Berlín, liberada de los
prejuicios de su tiempo y enamorada de un artista, con el que quiere casarse y no
con el “excelente partido”, un comerciante mucho mayor que ella, que le han
puesto. Así, Else vivirá de lleno el nacimiento de un nuevo mundo, junto a la
cultura bohemia berlinesa de los años veinte, un período en el que tuvo tres
hijos de padres diferentes, siendo fiel a la promesa que se hizo de joven:
vivir la vida al máximo y tener un hijo con cada hombre al que amara. Ésta es, por tanto, la historia de una mujer
singular, llena de independencia y que termina siendo arrollada por lo que
nunca quiso creer: el presente. Ella lo tiene todo, pero Alemania ha comenzado
a devorarse a sí misma, en un constante incendio devastador, y cuando empieza a
perderlo todo, sus amigos, su casa, su familia, se da cuenta de su
responsabilidad ante el desastre. Sin embargo, en la dureza del exilio,
encontrará una realidad nueva y reveladora, tras una vida que hasta entonces ha
estado ligada a las fiestas, los viajes y el amor.
La autora, con esa atención extrema con la que se
desarrolló en su infancia y juventud, comprueba millones de veces, que de todo
el cuerpo humano, la memoria es el órgano que más daño y felicidad nos proporciona,
como bien dice en algún momento “malditos recuerdos, cristalinos y truculentos”,
con la dicha y la desdicha de la mano, trazando su camino, y la vemos dibujar un
círculo para llegar a la solución final. Y es que no hay una vida igual a otra
y ninguna resulta insignificante cuando se mide con el sufrimiento, y es
hermoso ver cómo algo que en un principio se rige por la ficción se convierte
en la verdad, así como sucede en el Quijote, es más que la ficción, es una
confesión autobiográfica y dolorosa de la autora.
Suelo preguntarme con frecuencia
cuándo leeré un libro a la altura de los grandes clásicos y por fin lo he
hecho. Tú no eres como las otras madres es una genialidad de principio a fin y
está a la altura de libros que han pasado a la historia, forma parte de esa
gran literatura que tanto me apasiona. Y es que a fin de cuentas un libro que
relata la felicidad de un paraíso que acabó en infierno y cómo salir de éste no
podía dar para menos. Es una biografía / novela memorable, trepidante,
imparable y que no pueden dejar de leer por nada del mundo, porque es un libro
necesario, plagado de inteligentes descripciones que hacen un retrato compasivo
de la gloriosa madre, que no era como las otras, que me hubiera gustado conocer
y que comparte el amor por las artes, la literatura, el disfrute de la vida y
la pasión por la libertad que tanto me mueve.
Else está a la altura de grandes
mujeres como Emma Bovary, Jane Eyre,
Miss Dalloway y pare usted de contar. Esa independencia, esos deseos de lucha,
de libertad solo se ven en grandes personajes y ella es uno de esos. Su
existencia organizada en torno al amor y su deseo de mantenerse siempre
despierta son sin duda lo que la mantiene y la coloca dentro de las grandes,
incluso cuando sus ideales comienzan a desmoronarse cuando el nazismo comenzó a
destruir al mundo judío, con un gran final, al mejor estilo de la tragedia y el
drama, que tanto caracteriza a sus compañeras anteriormente nombradas, y es que
a fin de cuentas, ésta novela es la personificación de un tiempo devastador que
acabó con los judíos, incluso de quienes pretendían vivir alejados de las
convicciones religiosas de sus familias.
Relata la realidad de la gente normal,
la ceguera de la gente que decía que no llegaría a tanto y que creía que
Hittler no duraría ni tres meses.
Aquí se cuenta cómo la gente común se vio
envuelta, casi sin saber, en la mayor vileza de Europa, que pasaron de las
fiestas a las muertes, a huir en trenes, a asesinatos en masa, traiciones de
sus amigos, el miedo, la vergüenza y el horror. Angelika Schrobsdorff, con una
prosa magistral, con flashbacks y cartas, para nada lineal, amena y cercana,
nos narra la desaparición del mundo de su madre, y cómo ella asume la culpa,
que puede o no tener (eso queda muy abierto) de la parte que le corresponde en
esa desaparición. Y es que vemos crecer a Else, negarse a obedecer a sus
padres, casándose, viviendo una vida bohemia, tener amantes, asistir a los
inicios del nazismo; la vemos contradecirse, huir, regresas, ocuparse de sus
hijos, irse de Alemania, vivir en Bulgaria, perdiendo todo lo que ha tenido,
inclusive la dignidad, y ella nos lo cuenta acompañándolo de sus propias
reacciones, con sus miedos e ignorancia de lo que ocurre (porque solo tenía 12
años), hasta la propia asunción de su amor a su padre, que pertenece al Reich.
En definitiva, un libro increíble, que
por increíble que parezca hay poca violencia y a diferencia de la mayoría de
las novelas sobre el tema, no se trata las condiciones de los campos de
exterminio, sino esa cuestión que se plantea la propia madre y que se dice a sí
misma “No entenderé nunca cómo un pueblo entero pudo dejarse arrastrar a esa
infernal locura”. Una novela que dice mucho de cómo suceden las cosas más
horribles mientras la gente permanece en la ceguera, y porque hoy en día, en el
mundo es necesario conocer cómo no estar ciegos y oponerse a los nuevos “Cabos”
(Hittler) que “no durarán más de tres meses”, pero que terminan acabando con
todo”. Un retrato honesto que, mediante la vida de una mujer genial, explica la
evolución de Berlín, la situación política, el nazismo y las consecuencias de
la guerra desde distintos puntos de vista.
“Y sin embargo la
vida ha sido bella”, dice Else en una de sus últimas cartas.
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