Jude el oscuro, Thomas Hardy.


Vivan esos libros que alguna vez fueron prohibidos (porque por algo será).



Comencé el año queriendo leer algo con bastante drama. Me encantan los libros pesimistas y oscuros, y sin duda, el título de éste encajaba con las tres características. Lo cierto es que Jude el oscuro me ha encantado y va directo a los mejores del 2017. Tengo una debilidad muy grande por esas novelas en las que el protagonista lo pasa fatal, y ésta es una de ellas. Además, escrita en pleno siglo XIX, uno de mis períodos literarios favoritos, sin duda, no me podía decepcionar.



Es triste, sí. Es pesimista, sí. Así que cuidado con ello, porque hay testimonios que afirman que quedaron con la empalizada en el suelo después de éste libro. Sin duda, no es la mejor historia para iniciarse en el drama que pobló al siglo XIX, es preferible que se abstengan si creen que puede ser demasiado duro para soportarlo. En su época fue tildado inclusive de obsceno, un obispo lo quemó públicamente y el autor fue lapidado, hasta el punto que más nunca escribió novelas, sólo poesía. Y es que debemos tomar en cuenta que es un libro publicado en 1895 y sabrá Dios cuándo fue escrito, que fue sumamente criticado y que se enmarca en un contexto de finales de siglo complicado.



Ambientada en el Wessex de finales del siglo XIX, nos narra la historia de Jude, un eterno idealista, nacido en una familia de campo claramente disfuncional, atrapado en un matrimonio en el que no es feliz y enamorado de una quimera; su vida ejemplifica cómo las aspiraciones más amplias de un hombre pueden verse limitadas fácilmente por el deseo.  Con su prima Sue, una criatura contradictoria en pensamiento y comportamiento, forma el gran amor adúltero de su vida, y se enfrenta a la sociedad que a lo largo de la novela llega a ser incluso caricaturesca. Por su parte, tenemos a Phillotson, el marido de Sue y la completa personificación de la estabilidad y solidez moral y Arabella, la esposa de Jude, que trabaja como camarera.  El deseo es uno de los ejes fundamentales de la obra. Por su parte Sue, etérea, valiente, inteligente y timorata hasta el sadismo, y Arabella, casi animal, que apuesta al sexo y no al corazón, instintiva y la oscura desencadenadora involuntaria de la tragedia final.



Thomas Hardy, un inglés,  narra una historia magistral y retrata con una precisión envidiable el mundo rural de la época y reflexiona sobre la condición humana, su grandeza y patetismo, que se ven reflejados a lo largo de la historia mediante sus personajes.



Conocemos a Jude desde muy pequeño y lo seguimos durante toda su vida. Ese chiquillo que vive casi en la indigencia y que quiere ser un erudito, nos acompaña hasta convertirse en un adulto. Conocerlo desde tan chiquito hace que todo sea más crudo, pues desde muy pequeño hace reflexiones que no van acordes con su edad, es muy sensible, cosa que lo lleva a adquirir una madurez impresionante. En fin, que la pasa mal casi desde que nace, porque ni siquiera vive con su madre; él llora, está siempre triste, pasa hambre, se ríen de él: es sumamente duro. No es un libro sencillo, es complejo, entender el porqué de sus comportamientos tan pesimistas desde tan corta edad es complicado y te deja con la empalizada en el suelo. Desde el comienzo, su sensibilidad le da el toque de de dureza que plaga a la historia.



A pesar de su formación autodidacta sueña con obtener un título universitario y se le atraviesan múltiples obstáculos para que no pueda lograr esto. Entre su matrimonio precipitado y un amor imposible, limitado por la sociedad, Jude se ve privado de lograr la formación académica que tanto desea; y Hardy, a través de él, deja en claro que, por lo menos para él, el matrimonio no debería ser un contrato irrevocable que te obligue a amar de por vida a alguien; si el amor se acaba, aunque sigan viviendo juntos, la esencia del vínculo matrimonial ha sido adulterada y ya no tiene validez. De igual forma, si e l amor existe ¿para qué tener un contrato que lo reitere? Sobra.

El fin del amor matrimonial y la unión que sobra es el tema más recurrente en Jude el oscuro. El autor recoge varios tipos de matrimonios sancionados por las sociedad y destinados al fracaso desde el principio: los de conveniencia y aquellos que son consecuencias de encuentros sexuales esporádicos.  Cuando Jude se casa con su primera mujer, lo hace por reglas sociales ya que está embarazada. Siente que sobre él se ha cerrado una trampa, el instinto sexual y natural, castigado por la sociedad, le acarrea la obligación de vivir por siempre con una persona con la que no comparte nada más que el simple deseo carnal. En cambio Sue, es el lado de la moneda que refleja a las mujeres que se casan por la dignidad y las ventajas  que supuestamente le da. Ella es inteligente, voluble, y un personaje muy conflictivo, su único destino es ser socialmente aceptada luego de casarse, para después quedar anulada como persona, convirtiéndose en un ser pasivo, bajo la voluntad de su marido; como bien lo dice ella, mientras el novio elije a su novia, la mujer es entregada, cual objeto, a otro varón que le convenga. 


Y por otro lado tenemos a Phillostson, el marido al que Sue abandona, que sí la amaba (no como Jude a Arabella), y que se beneficia de su posición social para “conseguir” a una mujer joven y bonita, y es obligado a permanecer junto a una mujer que no ama e irrumpe una esencia sagrada que debería ser voluntaria. Todos los personajes pagan bastante caro el atreverse a saltarse éstas normas sociales, más aún  teniendo tanto que ver con la iglesia católica y la “sagrada institución matrimonial”…


En definitiva, Jude el oscuro es una novela maravillosa, que me ha encantado y que se directo a mi top de favoritos. Una novela que critica la visión del matrimonio y que tal vez no está tan alejada como creemos ¿aún seguimos pensando que el matrimonio es lo único que hace valer a una mujer y que a juro debe hacerlo? ¿el sexo y la culpa van de la mano?

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