"Llamar a Middlesex una novela sobre un
hermafrodita sería como llamar a La Odisea una historia sobre un tipo en un
barco".
La prosa de Eugenides me conquistó en Las
vírgenes suicidas, en compañía de su hipnótica trama…Cómo olvidar a las
hermanas Lisbon. Así que éste nuevo año dije porqué no, vamos a darle con otro
libro de éste autor y opté por hacerlo con Middlesex, que terminó siendo una
novela genial, épica e increíble.
Tiene un Premio
Pulitzer encima más que merecido. Middlesex tiene un concepto tan absurdo como
necesario, buscando lo imposible consigues lo excelente. Es una historia que se
disfruta desde la primera hasta la última página, de la que podrían salir un
montón de libros más, porque contiene historias y personajes que dan para un
libro entero, Eugenides parte de una base aparentemente sencilla (la biografía
de un hermafrodita) y se adentra en una historia que termina siendo muy
compleja, llena de personajes, artistas, sombras, luces y pare usted de contar,
donde la sexualidad es sólo un tema más, ligado a la integración social, los
guetos y el racismo. Narrada en primera
persona en la mayoría de los capítulos, alternándose raras veces con uno en
tercera persona, construyendo así una historia que no habla sólo de una persona
hermafrodita, sino también de toda su familia, de todas las situaciones que
llevaron a aquel gen a montarse en su ADN.
Cal es nuestro
protagonista, el principal, más no el único.
Comienza el libro presentándose como alguien que nació dos veces, “Nací
dos veces: fui niña primero, en un increíble día de niebla tóxica de Detroit,
en enero de 1960; y chico después, en una sala de urgencias cerca de Petoskey,
Michigan, en agosto de 1974…”, a partir de ese curioso hecho, conocemos la
mestiza genealogía que lo rodea, comenzando por sus abuelos, Desdémona y Lefty,
dos hermanos enamorados que viven en una comunidad griega (qué amor) en
Turquía, que abandonan su pequeño mundo luego de que estalle una guerra entre
estos dos países vecino, rumbo a los
Estados Unidos, a lo desconocido, donde
la prima Lina y su marido lo esperan. Allí nace y se desarrolle Calíope Stephanides,
con sus descendencias griegas, que viene con una mutación que lo hace diferente
a los demás, tiene el fenotipo de mujer y el genotipo de hombre, y mediante
hechos de su vida, retrata su situación, la de sus antepasados y realiza una
biografía de Estados Unidos, centrándose en Detroit, desde los años ’20 hasta
casi los ’80. Cal se convierte en un hombre, vive como tal, sólo que de vez en
cuando, algún gesto manifiesta la existencia de su anterior persona, Calíope,
la mujer. Así se nos presenta la vida de Cal, un hombre (¿es un hombre?) que ha
pasado por distintas ridiculizaciones y operaciones, debido a su mutación
ligada al quinto cromosoma que sobrevivió a través de nueve generaciones de la
familia Stephanides; en primera persona conocemos la historia del cerebro de un
hombre que se ha encerrado, criado y educado como una chica.
Las incontables
referencias a la mitología griega son sin duda mi detalle favorito. En
Middlesex hay varios pasajes interesantísimos que tienen su trasfondo mitológico
que me ha encantado, uno de ellos es la odisea por la que Lefty y Desmemona
atraviesan desde su natal Smyrna hasta una Detroit descrita con muchísimo
cariño. Me encanta como se entremezclan una infinidad de temas partiendo de una
aparente biografía, con la guerra greco-turca de fondo, la mecanización del ser
humano en fábricas americanas, la búsqueda de felicidad y mis preciosos dioses
griegos de fondo, se construye una historia magnífica, digna de admiración, que
se divide en cuatro partes, que a su vez se dividen en capítulos, que reúnen
600 y pico de páginas, que construyen una novela maravillosa y sumamente peculiar,
que narra 80 largos años de una familia.
El narrador es otro
punto que me enloquece. Calliope era una preciosa niña que desde su nacimiento
compararon con la mismísima Cleopatra y que se convierte en un mosquetero, un
hombre un tanto brusco, que lo cuenta todo muchos años después, en Berlín, ya hecho
mayor, todo por culpa de un gen que su familia que ha ido transmitiendo a lo
largo de generaciones. Además, con una prosa meticulosa y sencilla, al estilo
de los grandes, que te hace devorar página tras página; no es un libro corto,
roza casi las 700 páginas y, a pesar de la infinidad de temas, no se vuelve
pesado. La narrativa de Eugenides es divina, única e imperdible, estamos
delante de un magnífico escritor, que espero seguir leyendo (y que ojalá se
gane un Nobel), que trata el tema de la vida de Cal de manera muy fluida y de
forma magnífica, sin melodramas y con un humor bastante ligero, que complementa
la temática, y que nos lleva a empatizar bastante con nuestro protagonista, que
se enfrenta a experiencias muy traumáticas, con las que el autor juega e
incorpora elementos biológicos como el DNA, las mutaciones, el gen, étc, todo
sumamente bien escrito, documentado y explicando, dándole un rigor científico
que, por mi parte, agradezco muchísimo porque no tengo ni idea del tema.
Vivir como mujer y
hombre a la vez es un estigma complejo que Cal arrastra durante toda su vida,
la etiqueta científica que lleva en su alma y cuerpo sólo se resume en una
única e intransferible definición: hermafrodita. Mientras que la denominación
de su dualidad, con la que debe relacionarse con otros seres humanos viene a
ser mucho más retorcida: intersexual. Ésta condición es sumamente interesante,
la combinación de ambas es rarísima, pero funciona bastante bien. Es el lado
más serio de la historia, todas estas condiciones que tienen que ver con un temas
de la sexualidad muy serias, que no soy quien para definir, pero que se
encuentran bastante explícitas en internet. Así que, además de todo, nos lleva
a investigar. Y es que en el fondo, es una historia de alguien que bucea en su
propia identidad, sexual y personalidad, que le huye y le confunde, busca ese
yo y siempre termina sumergido en otro, como al final, cuando se enamora y teme
por el futuro de su relación.
Sin duda, es un libro reflexivo que aborda temas muy difíciles con mucha naturalidad y familiaridad. Da como resultado una novela sobresaliente, poderosísima y que de seguro lo llevará al Nobel. Si Las vírgenes suicidas es excepcional, Middlesex es apoteósico. Eugenides tiene un gran magisterio literario, que intimida al alma humana. Un clásico moderno, que construye a “una novela con dos cabezas que nunca se miran a los ojos”, habla de la vida como un eterno conflicto entre opuestos. En definitiva, un libro imprescindible, que me ha encantado, con múltiples referencias a mi amada mitología griega y con una prosa increíble, un clásico moderno que no pueden dejar pasar, que da mucho que pensar y que no pueden dejar de leer.
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