¡Este es el inicio de una nueva sección! En Mariana
recomienda, intentaré salirme un poco del tema de las reseñas, hacer booktags,
hablar de películas, series, cosas que me gustan, música que quiera
compartirles, historias que contarles ¡cualquier cosa que se me ocurra! Tengo
muchas ideas en mente, pues me gusta hacer y aprender cada día algo nuevo, así
que espero trabajar en esta sección y traerles siempre algo nuevo, diferente y
que escape un poco de las reseñas habituales.
En esta oportunidad, vengo a hablarles de Las chicas del
Cable, la primera serie hecha, ambientada y dirigida en España por Netflix, una
plataforma más que conocida, dirigida por Ramón Campos y protagonizada por
Blanca Suárez.
Había leído algo en internet sobre la revuelta que esta
serie estaba causando. En todas partes
la ponían como una maravilla, de esas series que no puedes perderte, pero ente
una cosa y otra, gracias a la falta de tiempo, tuve que ir dejándola pasar
hasta la semana pasada, cuando por fin, después de terminar clase, tuve un
poquito más de tiempo para hacer este tipo de cosas que tanto me gustan. Tengo
una lista infinita de series por ver que espero ir disminuyendo estas
vacaciones, pero buscaba algo con pocas temporadas, para ir siguiéndola con el
tiempo. Las chicas del cable parecía ser la mejor opción y vaya que buena
sorpresa.
"Acuérdate niña, mente abierta, piernas cerradas".
Cuenta con tan solo una temporada hasta la fecha, la segunda
confirmada para diciembre de este año y la tercera para mediados del 2018 y nos
narra la historia de cuatro mujeres telefonistas que comienzan a trabajar, a
mediados de los años 20 en Madrid, en la empresa de telecomunicaciones más
importante de Europa, ligado a su familia, su entorno, su pareja, su pasado y
sus recuerdos, que nos llevan a vivir todas las dificultades que tenían las
mujeres de la época en el mundo laboral donde nadie las quería ver.
Los personajes son una maravilla, el punto más fuerte y mi
parte favorita. Todos están muy bien construidos y, aunque faltan muchos
detalles, es apenas la primera temporada y aún falta mucho por ofrecer. He
leído criticas que se enfocan en este punto, pero no debemos olvidar que es el
inicio de lo que promete ser una gran serie, no pueden ofrecerlo todo en una
primera temporada. Siempre considero que son el abre boca de lo que luego
veremos, por lo que considero necesario dejar esos cabos sueltos que se irán
atando a medida que la serie avance. Aún así, en Las chicas del Cable se
desarrolla sumamente bien lo que debe saberse en una primera entrega, vemos
rasgos de su pasado y de su presente que nos ayudan a intuir cuál será el rumbo
que tomará su historia.
Por su parte, Blanca Suárez (que es, por cierto, una niña
preciosa), interpreta el papel de Lidia o Alba, que es su verdadero nombre; una
mujer que no tiene nada que perder, que se ve obligada a tomar una identidad
prestada y que, gracias a experiencias pasadas, se ha convertido en una mujer
fría, calculadora e incluso maquiavélica, que es mi personaje favorito y que
busca rehacer su vida, dejando de lado todo lo que la ha marcado, rompiéndonos
el corazón con cada decisión que se ve obligada a tomar.
"Pensar o dejarse llevar, ese siempre es el dilema".
Por otro lado, Ana Fernández interpreta a Carlota, el
personaje más feminista de toda la serie, una niña rica que cree saberlo todo y
que se va dando cuenta poco a poco de que el mundo es totalmente distinto a sus
expectativas. Gracias a sus ideales, se ve obligada a tomar decisiones
drásticas que cambian el rumbo de su vida, pero que la ayudan a ser cada día
una mujer más fuerte e independiente, que encarna perfectamente el
empoderamiento femenino de principios del siglo XX.
Nadia de Santiago hace de Marga, un personaje muy inocente,
que llega de su pueblo a Madrid para trabajar en la central telefónica y que
sufre este típico choque contra la modernidad. Debo confesar que a veces su
ingenuidad me desesperaba, sin embargo, la chica toma unos giros interesantes en
cuanto a su papel como mujer dentro de la serie. Protagoniza una escena muy
graciosa (pelandusca) que me mató de risa y es la creadora de una de las frases
más contundentes de toda la serie. A pesar de que al principio no me gustaba
mucho, evolucionó muchísimo a lo largo de los ocho capítulos de la serie, y
estoy segura de que seguirá haciéndolo en las temporadas siguientes.
Por último, Maggie Civantos toma el papel de Ángeles, una
mujer clásica de la época, que vive bajo la sombra de un esposo opresor, que
comienza siendo el cordero degollado, se encamina hacia ser una mujer
independiente, pero vuelve a decaer a finales de la serie a causa de decisiones
familiares que involucran a su hija. Aunque a veces me desespera, es
probablemente el personaje más real y crudo que se desarrolla dentro de estos
capítulos, pues aunque sin duda existen y han existido millones de mujeres
fuertes, también hay un gran número de féminas oprimidas, que se vieron
obligadas a continuar bajo el maltrato de los hombres. Aún así, guardo la
esperanza de verla evolucionar en las temporadas que quedan, considero que
tiene mucho material y ya la vimos tomar decisiones contundentes que espero que
se repitan en las siguientes temporadas.
Hacen falta muchos golpes para romper un corazón
enamorado, hacen falta muchos golpes para que los ojos dejen de mirar al
corazón pero un día cuando se quiebra ya no se puede volver a
recomponer.
Por su parte, tenemos secundarios magníficos. Martiño Rivas
hace el papel de Carlos, el hijo del dueño de la compañía telefónica y, aunque
debo admitir que me encanta, puede dar mucho más. A veces se queda un poco
plano, pero como digo, es apenas la primera temporada y espero verlo crecer y
madurar.
Ahora, en el caso de Yon Gonzáles, que hace de Francisco
Gómez, el novio de Alba en el pasado, quien lo acompañó en su mudanza a Madrid
y a quien abandonó, es todo lo contrario. Gracias a la profundidad que se le da
a Lidia, conocemos un poco más de este personaje, cosa que no ocurre con
Carlos. Lo vemos sufrir con su matrimonio y entrometerse en los enredos de
Lidia (Alba). Aunque entiendo completamente el enojo de la chica hacia él, la
justifico y la comprendo, espero que terminen juntos pues apuesto por él en
este triángulo amoroso. El desarrollo que puede tener este personaje es
increíble, pues se presenta como un hombre que ha trabajado para llegar hasta
donde está y que arrastra un pasado no tan crudo como el de Lidia, pero si muy
acercado porque vienen ligados el uno al otro. Es, en definitiva, uno de mis
partes favoritas dentro de la historia.
Es así como la vida de estas cuatro chicas, muy distintas
entre sí, se cruzan gracias a llegar tarde el primer día del trabajo, que se
fortalece gracias a la amistad que forjan, demostrando que podemos ser fuertes
sin una figura masculina a nuestro lado, a las que se le suma Sara, feminista
100%, que espero ver con más fuerza en la siguiente entrega.
"Cabeza alta, orgullo, y amor propio".
La ambientación de la época y el lugar está increíble.
Simulan la primera compañía de telefonía española situándose en 1928, con
escenarios y colores preciosos. “Queremos hablar de la comunicación, el
teléfono la revolucionó y es lo que está haciendo ahora Netflix”, asegura el
productor, a lo que Gema Neira (creadora) agrega que “Puede ser un producto
dirigido a un público femenino de muy alto nivel”, asegurando que sus
personajes son un reflejo de los valores que quieren transmitir en la serie.
Todas vienen de algún pasado oscuro, antagónico, pero tratan de salir adelante
solas, enfrentándose al tabú social de que la mujer trabaje, siendo fuertes e
independientes, en busca de un futuro diferente.
Por ser una serie de época, la dirección artística y el
vestuario es impecable. El cabello corto de las chicas, los zapatos de tacón,
los vestidos al mejor estilo de los años 20 y los uniformes azules que las
identifican como telefonistas son una verdadera maravilla. Visualmente, es
agradable, sus labios rojos, la gelatina en el cabello de los hombres, los
tocados, ¡todo parece estar de punta en blanco! No se les escapa ni un solo
detalle, y este es sin duda uno de los puntos más fuertes de la serie.
Aún así, aseguro que el plato más fuerte de Las chicas del
Cable es el mensaje feminista que busca aportar. Son pocas las series con una
temática como esta y hace mucha falta que se nos recuerde cuáles son los
inicios de la lucha que hoy en día seguimos emprendiendo. En esta ocasión,
dejan muy en claro que ser mujer y querer trabajar en España y en cualquier
parte del mundo era una tarea complicada que aún cuesta trabajo. Sin duda
alguna, nos lleva a reflexionar que la tecnología ha avanzado a paso de
vencedores, que cada día evolucionamos más, pero que el papel de la mujer
parece haberse quedado estancado.
"Si estás dispuesta a perderlo todo, el precipicio
nunca te parecerá alto, pero si no, la más pequeña altura te parecerá
una eternidad".
Con un total de ocho capítulos, la serie deja en cada uno de
ellos un mensaje claro ligado al título que los preside. Comenzamos con “los
recuerdos”, seguimos con “las mentiras”, “los sentimientos”, “el pasado”, “la
familia”, “la pérdida” y “el amor”, acompañados de la vz en off de Lidia / Alba
que reflexiona sobre cada uno de ellos, según los distintos acontecimientos en
la vida de las chicas del cable, con un ritmo ágil, entretenido y dinámico, con
un lenguaje sencillo y una gran cantidad de diálogos que se apoderan del corazón
del espectador.
En definitiva, Las chicas del cable es una serie increíble
que me ha fascinado. Si bien la banda sonora no es la mejor, no tengo nada malo
que decir de ella. Me ha mantenido enganchada y la he terminado en dos días
porque no podía con la angustia. Espero con ansias la nueva temporada que
promete muchísimo, pues en esta primera entrega han presentado de una manera
sublime una trama feminista de principios del siglo XX, con cuatro mujeres que
no son precisamente el cánon ideal de su época y que apuesta por deshacerse de
la imagen de protagonista ideal, colocando a una chica que carga con un pasado
que la lleva a tomar decisiones radicales, pero necesarias para salir a flote.
Otras frases:
·
Y de pronto, cuando una piensa que lo tiene todo
controlado, que la razón es la que manda en tu vida, alguien vuelve a hacer
latir un corazón que pensabas que estaba dormido, si fuese la razón la que
mandase, seguramente huirías lejos de allí, pero eso no se puede hacer
eternamente. Porque el corazón está vivo y una no puede evitar que siga su
camino aunque sepas claramente que ese camino va a terminar haciéndote daño.
¿Pensar o dejarse llevar? Ese es siempre el dilema.
·
El corazón nos hace soñar, pero es la cabeza la que
convierte los sueños en realidad, la razón nos guía por un sendero de orden,
mientras que el corazón nos adentra en lugares que ni siquiera podíamos
imaginar que existían. ¿Razón o corazón? Que difícil elegir.
·
Si algo he aprendido este tiempo, es que lo único que
puedes hacer antes de tomar una decisión es responder esta pregunta: ¿merece la
pena el sacrificio?
·
Hagas lo que hagas, aunque hayas cambiado de vida, de
aspecto, de nombre, los recuerdos siempre, siempre están a tu lado. Y los más
importantes nunca puedes olvidarlos.
·
Hay momentos en que parece que el tiempo se detiene.
Instantes en que recuerdas en apenas un segundo los momentos importantes de tu
vida. ¿Olvidar o recordar? Pensaba que olvidar toda mi vida iba a ser tan
sencillo como llevarme aquel dinero. ¿Cómo podía ser tan ilusa? No se puede
olvidar quien eres, porque siempre va a aparecer alguien que te lo recuerde.
·
Victoria me enseñó a olvidar, me enseñó a no atarme a
nada que no pudiera dejar atrás. Los que creen que son nuestros amigos solo son
personas de las que podemos aprovecharnos cuando lo necesitamos, antes de
abandonarlas... Eso decía Victoria.
·
Había empezado a pensar sólo en mí, a no hacer amigos,
a no tener recueros que me hiciesen débil, a olvidarme de todo el mundo...
Nunca había sido una buena alumna. Nadie dijo que olvidarse de todo fuera
sencillo. Hay veces que tu vida te persigue sin que puedas evitarlo. Quizás ese
es precisamente el problema, intentar olvidar... Porque la única verdad es que
somos nuestros recuerdos, y cada uno de ellos, mejor o peor te convierte en la
persona que eres. Hagas lo que hagas, aunque hayas cambiado de vida, de
aspecto, de nombre... Los recuerdos siempre están a tu lado. Y los más
importantes nunca puedes olvidarlos.
·
Hay que sacar agallas de donde no las hay y dejarse
llevar, pero no siempre somos tan valientes para afrontar la verdad. Y
permanecemos ahí, inmóviles, esperando... Sin ser conscientes de que queramos o
no, la verdad incapaz de resignarse a habitar en la sombra siempre acaba
saliendo a la luz. Y cuando eso sucede ninguna mentira puede salvarte.
·
¿Futuro o pasado? Todas tenemos que decidir en algún
momento de nuestra vida hacia donde queremos mirar. Si quieres aferrarte al
pasado para quedarte con lo que ya conoces o si quieres dejarlo atrás y mirar
hacia delante. El futuro a veces da miedo porque es desconocido, pero también
es mucho más emocionante y puede hacer vibrar al corazón de una forma que no
recordabas.
·
Y cuando crees que nada puede hacerte más daño, se
abren nuevas heridas... Heridas que no sabías estaban ahí, porque cuando una
herida que no sabías que tenías se abre las consecuencias son imprevisibles.
Por eso antes de dar pasos adelante tienes que estar muy segura de que estás
bien, de que el pasado es pasado y no puede volver a hacerte daño.
·
Qué sencillo sería solo vivir el día a día, sin
importar el pasado, el presente o el futuro. Ser feliz en el momento. Hacer
felices a los que te rodean. Y olvidarse de donde venimos cada uno de nosotros.
Porque por mucho que digan, cualquier tiempo pasado no siempre fue mejor. Pero
si perdonas el daño que te ha hecho se convertirá en presente y volverá a
atraparte y no dejarte escapar. Hay que saber vivir el presente y confiar en el
futuro. No es sencillo, ¿Pero quién dijo que la vida lo era?
·
La traición es algo que destroza hasta la mayor de las
uniones. Sentir que aquel al que quieres, sea un amigo, un amante o un hijo,
está haciendo algo a tus espaldas solo tiene un final posible, y no es feliz.
La confianza se gana día a día, ero se pierde en un instante como un vaso de
agua que se derrama en el suelo.
·
El ser humano es capaz de hacer de todo por no perder
lo que desea. Eso nos lleva, a veces, a hacer lo inimaginable. Y eso, a veces
nos empuja al borde del precipicio pero sin quererlo. Pero no importa
perderlo todo si al final consigues ser feliz, eso es lo único importante.
·
¿Amor o amistad? A veces me pregunto, ¿Por qué hay que
elegir? ¿Por qué tienen que ir separados si la amistad no es ni más ni menos
que otro tipo de amor?
En esta sección deberías hablar más adelante del feminismo, ahora que lo tocaste con esta ocasión UuUr
ResponderEliminarholaa! ya casi estamos con ellas, que lindo las series de poca, recien acabamos de ver grand hotel!!!!!!!!buhas adictas, te compartimos por tu maravilloso y extenso trabajo, saludosbuhos.
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