Hace un par de años, rescaté éste libro de la biblioteca de mi colegio donde lo
tenían de pisapuertas. En su momento, lo vi como un libro más, pero me
encontré con una historia muy especial, la de Santiago, un viejo pescador que
llevaba 84 días sin atrapar ni un solo pez. Pese a esto, no se da por
vencido y sale a la mar, con ganas de que por fin llegue la hora de pescar el
anzuelo. Aun así, lo importante en esta novela no es si logra atrapar o
no a grandes presas, sino el mensaje que se esconde tras su batalla contra el
mar.
Cuando Ernest Hemingway publicó su
primer relato en el año 1921, Estados Unidos ya era una potencia en plena
expansión. El crecimiento industrial y el auge del desarrollo agrícola y el
comercio sentaron las bases de una economía pujante, pero es en 1930, en plena
formación del escritor, atravesaron una crisis económica muy fuerte, que
sumergió al país en la desesperanza. cuando atraviesan por una crisis
económica fuerte, provocada por el derrumbamiento del sistema de crédito y
sumerge a la nación en un mar de desesperanza. Gracias a esto,
escribió El viejo y el mar, una obra que es el el testimonio amargo y desilusionado de un hombre que lo pierde todo en
la modernidad y que transita hacia el escepticismo.
Santiago y su combate dramático y
solidario con el gigantesco pez espada es un símbolo del estado de Norteamérica
para aquel momento, donde sus habitantes debían oponerse a los obstáculos para
sobrevivir. Así, Hemingway habla de la importancia de luchar y de
mantener la voluntad en la adversidad. En consecuencia, la historia se
desarrolla en dos planos paralelos, el real, constituido por la historia de la
vejez de Santiago , que abarca los 84 días que tiene sin pescar, y el
simbólico, en el que se habla de soledad marginación, en el que el personaje
lucha contra él mismo.
Varios símbolos llaman mi atención y son
mi parte favorita. El mar como espacio vital, la vejez como lo efímero, el bote
como las posibilidades de triunfo, el gran pez como la meta, los tiburones como
los obstáculos cotidianos, las luces de la ciudad en el agua como el norte, el
muchacho como símbolo de la amistad y la solidaridad, los tres días del viejo
como los tres días de Cristo entre la muerte y la resurrección, el triunfo del
ser humano en relación con la naturaleza, el sufrimiento y la muerte y un largo
etcétera.
La narración es bastante sencilla, sin demasiadas descripciones, con frases
cortas y concisas que abordan de manera sutil temas complicados. La
novela fluye naturalidad, gracias a sus personajes comunes y cotidianos, que
nos permiten oír, oler y tocar el paisaje en el que viven, donde la sed y el
hambre adquieren una dimensión contundente.
En definitiva, una novela genial que no pueden dejar
de leer y que es una completa maravilla.
Hola
ResponderEliminarEs todo un clásico. No descarto leerlo en un futuro.
❤❤