Cuando La Naranja Mecánica fue publicado, mi mamá ni había nacido.
Siempre estoy en búsqueda de nuevos títulos para leer y hace ya un par de años me topé con La Naranja Mecánica, debo admitir que me daba un poco de miedo leerlo pues la sinopsis no era demasiado esperanzadora, pero hoy en día agradezco haberlo hecho pues es un libro indispensable, que me ha marcado y que sobretodo me encanta.
No he visto ninguna de las adaptaciones hechas a éste maravilloso libro, pues admito que me da un poco de miedo que las cosas no surjan tal y como me las imagino, sin embargo, no me niego a darle una oportunidad en cuanto la vea por ahí y tenga el chance de verla (ojalá sea con alguien que tambén haya leído el libro, me encanta hacer eso), porque a pesar de todo, me mata un poco la curiosidad (típico).
La portada de éste libro me parece preciosa y me encanta que en todas las reediciones que han sacado hayan mantenido ese dibujo minimalista que caracteriza a la novela desde la primera vez que fue publicada, debo admitir que en un principio el dibujo me generaba un poco de miedo, pero a la larga y luego de leer la novela un par de veces, terminó encantandome e inclusive tengo una pequeña ilustración en una pared de m cuarto.
La naranja mecánica nos narra la historia de Alex, un joven que vive en una Inglaterra del futuro; todas las noches dicho personaje en compañía de sus amigos, se dedican a realizar actos vandálicos, tales como inducirse en casas ajenas para robar y golpear a desconocidos e inclusive violar mujeres. Una noche, cuando Alex en compañía de sus amigos, deciden entrar en la cada de una mujer para robarle sus joyas, sus compañeros le dan una paliza pues están en desacuerdo con las ordenes que Alex ejecuta. Tras ser abandonado, es atrapado por la policía y llevado a prisión. Luego de estar dos años en la cárcel, Alex se entera de una técnica nueva que convierte en buenos a los criminales y les permite ser libres, es elegido para poner en práctica la Técnica Ludovico, pero descubrirá que éste método un tanto ortodoxo terminará convirtiéndolo en una persona incapaz de decidir lo que quiere ser y hacer.
Sin duda es una novela interesante que va desde un prólogo sublime hasta una jerga diferente que hace que la lectura se torne entretenida, sin embargo, se puede poner un poco cruda e inclusive sádica a la hora de describir ciertas escenas que tienen que ver con la violencia. Es una novela que se lee rápido pero que sin duda marca un antes y un después en la vida de quién se atreve a leerla, pues hace que el lector se genere preguntas como ¿qué es realmente la moral?, ¿la maldad en serio tiene cura?, si es así ¿qué rumbo tomaría la humanidad?, ¿es posible vivir sin maldad?, ¿cuando ya no puedes decidir, sigues siendo humano? Entre muchas otras que cambian la mentalidad de cualquiera y que te dejan pensando por un buen rato.
Me encantan los toques de música que acompañan a la novela, pues Alex es un amante de Bethoven y casi puedes sentir que la historia en vez de leerse, se escucha. Además de que el trasfondo psicológico que maneja y los personajes que la acompañan son simplemente una maravilla. Nada queda a medias y todo está perfectamente bien construido.
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