Viva Rosa Montero.
«No entres dócilmente en esa larga noche, / La vejez
debería arder y esfumarse al concluir el día, / Rabia, rabia contra la muerte
de la luz»
Todos saben lo mucho
que me gusta Rosa Montero. En los últimos dos años he leído casi todas sus novelas y
las he disfrutado increíblemente. En el año 2016 volvió a los panoramas
editoriales con “La carne” su última novela, publicada por Alfaguara que
demuestra, una vez más, que Montero es una de las grandes escritoras del siglo
XXI.
Lo cierto es que el
libro me ha fascinado. Lo leí en el último mes del pasado año y lo disfruté
muchísimo. Rosa Montero es de mis autoras favoritas y desde que supe que
publicaría una nueva novela, le tenía unas ganas tremendas. La carne es, sin
duda, una de sus novelas más adultas y mejor escritas; con los años se ha
consagrado como una gran escritora y con ésta nueva novela no se queda atrás,
porque sin duda, hay mucho de su personalidad dentro de ella. Entre la
protagonista y la autora existe una relación bastante implícita; Rosa confesó
en varias oportunidades que el paso del tiempo es una de sus grandes
obsesiones, al igual que la literatura, que tiene que ver con su eterna pelea
contra la muerte, donde ve una gran fuente de vida.
A su vez, la
protagonista de La carne también está obsesionada con el paso del tiempo, por
las cicatrices emocionales y físicas, que trata con bastante humor. Soledad
Alegría tiene casi 60 años y acaba de terminar su relación con un hombre más
joven que ella, casado con una mujer aún más joven y futuro padre de una
criatura mucho más joven. Pero un encuentro en la Ópera para ver Tristá e
Isolda (de Wagner) la venganza cobra fuerza. Así inicia la historia de una
curadora de museos, que contrata a un escort para despertar celos y
remordimientos en Adam, su examante, y termina enredada en un suceso delicado,
marcado por el suspenso, mafias, desamor y miedo al futuro, donde ambos se ven
empujados a dar un paso más de los planeados.
No hay mejor título
para éste libro que La carne. Capta su esencia completamente. La carne, que da
placeres y disgustos, que es jaula o paraíso de las cada una de las almas
encerradas en ellas. Y es que además, el simbolismo que hay en el nombre de la
protagonista: Soledad, un miedo que define y Adam, el scort, sexo, hombre,
carne. Soledad y carne. Una pareja explosiva, sumamente curiosa, separada por
el abismo de los años que les hace creer que no funciona, pero que encaja a la
perfección. Dos personajes complejos, una mujer que no quiere crecer y un
hombre que gana dinero vendiendo su cuerpo; ambos descubriéndose, sacando cuentas
de su pasado. Con una exposición de escritores malditos de fondo, una historia
que se construye a base del pecado, de lo terrenal, y que esconde un sinfín de simbolismos,
porque aunque la carne se deteriora, el espíritu sigue joven. Y éste es uno de
los grandes temas que Montero aborda en una novela como esta; aunque la mente
siga joven, aunque se intente frenar el paso del tiempo con cremas y cirugías,
la carne no hay quien la frene, se deteriora. Es visible y tangible, no nos
podemos engañar; hay quien dice que las arrugas son bellas y otros, que
desearían borrarlas y volver atrás. Pero a través del cuerpo, el amor se
manifiesta de muchas maneras, un gesto, una caricia, una mirada, el sexo, el
deseo..
Montero ha construido un libro que se lee en un suspiro, con el que logras empatizar y emocionarte, pasando de la ternura a la tensión, del deseo a la lástima; desnuda a sus personajes y plantea varios miedos que rondan la mente de cualquier lector. Una novela que entre los vaivenes de los protagonistas, nos va mostrando ciertos escritores malditos, cuyas historias se entrelazan con la trama inicial de forma extraordinaria, como solo ella podría hacerlo, incitando al lector a descubrir existencias insólitas. Pero será mejor que guarde silencio, porque Rosa Montero nos ha pedido a nosotros, los lectores que ya nos hemos hecho con su obra, que dejemos que descubran la novela por sí solos.
Montero ha construido un libro que se lee en un suspiro, con el que logras empatizar y emocionarte, pasando de la ternura a la tensión, del deseo a la lástima; desnuda a sus personajes y plantea varios miedos que rondan la mente de cualquier lector. Una novela que entre los vaivenes de los protagonistas, nos va mostrando ciertos escritores malditos, cuyas historias se entrelazan con la trama inicial de forma extraordinaria, como solo ella podría hacerlo, incitando al lector a descubrir existencias insólitas. Pero será mejor que guarde silencio, porque Rosa Montero nos ha pedido a nosotros, los lectores que ya nos hemos hecho con su obra, que dejemos que descubran la novela por sí solos.
En
definitiva, un libro genial, que estuvo entre mis favoritos del pasado año 2016
y que no pueden dejar de leer bajo ningún concepto. Rosa Montero es una autora
genial, que con La carne se reafirma como una de las más grandes novelistas del
siglo XXI, construyendo una obra que, sin lugar a dudas, pasará a la historia.
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