Caín, José Saramago.

Estoy bastante en contra de muchas cosas que la iglesia hace, así que, luego de leer Ensayo sobre la Ceguera y El Viaje del Elefante, supe que debía hacerme con Caín y El Evangelio Según Jesucristo para ver qué tal abordaba el autor el tema de la creencia en Dios.

No creo que este sea un libro con el cual ofenderse, así que espero que no se sientan ofendidos por lo que ocurre en las páginas de Caín. Yo creo fervientemente en Dios y he disfrutado muchísimo de esta novela. Así como muchos, Saramago se ha encargado de criticar a la Iglesia y dar su punto de vista ante Dios y esto debe ser respetado.

El libro, básicamente, nos presenta pasajes bíblicos tal y como se presentan en el Antiguo y Nuevo testamento, pero analizados y reescritos de una manera jocosa, sarcástica e inteligente. Saramago hace chistes, quizás un poco crueles, con los que no he podido evitar reírme y que son una manifestación de desacuerdo sobre cómo se ha transmitido el concepto religioso a través de la historia.

El libro comienza con la escena más que conocida, en la que Eva toma la manzana y, junto a Adán, es expulsada del Paraíso, cerrándonos las puertas del cielo y dotándonos del pecado original. Poco después, el autor nos lleva al pasaje en el que Caín mata a Abel y es desterrado a vagar errante y perdido por el mundo. A partir de allí, Saramago pone al personaje a transitar entre distintos presentes y nos muestra diferentes pasajes bíblicos desde su punto de vista, narrados con crudeza y una postura crítica acerca de la intervención de Dios hacia ellos.  

De los pasajes biblicos que se abordan, destacan el momento en el que Abraham va a sacrificar a su hijo Isaac por mandato del Dios, la destrucción de Sodoma y Gomorra, El santo Job, la Torre de Babel, etc., en los que el escritor de origen portugués examina y critica la relación de Dios con los humanos, denominándolo desquiciado y describiéndolo como una autoridad que juzga y critica con rigidez, que en algunos momentos parece estar completamente loco. 

Caín se presenta como un ser humano completamente normal, capaz de hacer las mejores cosas pero de destruirlas de igual forma. Todos lo ven como un terrible asesino, pero aún así, el es capaz de amar a sus semejantes, al igual que a su hermano Abel, a pesar de haberlo matado.

En definitiva, Caín me encantó. En él, Saramago hace una muy buena crítica a través de su estilo característico de lo que la figura de Dios representa y analiza cada uno de sus comportamientos descritos en la biblia con ojo de águila, con el fin de presentarnos a una figura muy distinta a la de las sagradas escrituras, juzgándolo a partir de la premisa que propone que qué clase de ente es que para enaltecer a algunos, desprecia a otros. Léanla, sin tabúes, que vale mucho la pena.