El maravilloso y trágico arte de morir de amor, Gisela Leal.




Una novela llena de esperanzas, promesas incumplidas, ganas de comerse al mundo y pocos resultados, que giran en torno a la imposibilidad del amor. Gisela Leal realiza un ejercicio de introspección con personajes instalados en mundos ajenos, donde Plutarco, valentina, Nicolás y Balbina sobreviven entre Nueva York, Barcelona, Madrid y Ciudad de México. Cultos y educados, aspirantes a la gran burguesía, viven una serie de desengaños amorosos, existenciales, económicos y familiares, que los dejan estancados, sin esperanzas de recuperarse, siempre corriendo detrás del amor.

Es un experimento posmodernista con el trasfondo de una historia moderna, de locura y de amor, que concluye que amar es un maravilloso y trágico arte. Lo certo es que me ha hervido las entrañas, jugó con todas mis emociones y me hizo pasar de la rabia a la alegría. Esta es una historia de amor en todas sus letras, nada convencional, donde los protagonistas lo pierden todo, para luego recuperarse y volver a caer.

Gisela Leal se presenta como una de las narradoras latinoamericanas más fuertes e innovadoras del siglo XXI, pues presenta historias ordinarias, con un estilo muy particular que les da ese toque que nos saca de la zona de confort que todos tenemos. Demuestra que todavía hay algo que aportar al mundo de la literatura y corrige los errores de su primera novela, que no me gustó tanto como esta y de la que pronto haré una reseña.

La intervención del escritor y de ella misma, el constante derrumbe de la cuarta pared, el cambio de tipografía según los personajes, la novela dentro de la novela, el brutal final, las anotaciones de pie de página y el incluir detalles sobre la cultura pop, hacen de El maravilloso y trágico arte de morir de amor una novela exitosa, donde la autora confiesa sus más hondos temores, mientras se burla de ello y nos lleva a reflexionar sobre la crisis del mundo, en conjunto con la de sus personajes, que nos hacen sentir que quizá no estamos tan solos como creemos.

Su idea es mostrar los diferentes niveles de libertad en la que se hayan sus personajes. Se centra en el respeto a las propias emociones y sentimientos como eje para mantenernos vivos y hacer y sentir cualquier cosa, pues  al no hacerlo, viene la frustración. Implica cómo nos relacionamos, a quién aceptamos o rechazamos y cómo eso está basado en nuestros miedos y frustraciones, así como en nuestra vida trágica o infeliz.

En el día a día, somos responsables de nuestro libre albedrío y sus consecuencias, aún así, pasan cosas ajenas a nuestra voluntad que afectan las circunstancias. Es ese conflicto el que lleva a perder el control sobre la vida, al igual que a frustrarse por lo sobrellevar lo que nos rodea. En El maravilloso y trágico arte de morir de amor, esta es su razón para seguir vivos, pues sin amor, no hay vida, y sin él, ¿para qué vivir?

Se compone de 600 páginas que se leen en un dos por tres y que no se tornan pesadas en ningún momento. La novela es una tragicomedia maravillosa e intimidante que nos hace morir de amor y que nos privilegia con los monólogos de los personajes y la observación de sus tramas sobre la cuadrícula verbal de sus soliloquios. Lleno de dudas existenciales, problemas de plata y las trampas del amor, El maravilloso y trágico arte de morir de amor es una novela magnífica, con grandes referencias a la cultura del siglo XXI que reúne diversos disparates de esa fuerza que mueve al mundo.

2 comentarios:

  1. Muchas gracias por tu reseña, me llamó mucho la sinopsis pero no me animaba del todo. Ahora le doy un si definitivo

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