El tren pasa primero, Elena Poniatowska, #LEOAUTORASOCT

«Tuve hambre y frío, sentí que ningún fuego, ningún abrazo me calentarían, pero sé que si un solo hombre lucha y no se deja morir, la vida vale la pena.»

Había una vez un hombre que nació en un pueblo al sur de México. Nunca hubiéramos sabido de él, pero cuando el tren pasó frente a sus ojos, decidió contar el relato de su vida, pues supo el porqué de su indomable ansia de siempre ir más allá de sus límites. Se llama Trinidad Pineda Chiñas, cuyo tren recorrió lugares inimaginables, que pusieron de cabeza al país y al régimen.

El tren es la vida. Pero no correría sin mujeres. Por las páginas de esta historia transitan madres, esposas y maestras, con poderosa presencia y la fuerza propia del género. En esta ocasión, Poniatowska habla del movimiento ferrocarrilero para mostrar cómo las luchas sociales pueden poner en jaque al gobierno, mientras que reflexiona sobre la corrupción y el tiranismo que se halla dentro de él. Resalta porqué la educación es vital en la formación y el progreso de un país, con un tono agridulce, que deja la esperanza de cambiar a una nación, poniéndola de cabeza por una causa justa.

La autora nos traslada a paisajes exóticos, dentro de una vida dura que marcan la formación del líder, a través de flashbacks y monólogos interiores que le sirven para ofrecernos la novela “idílica”, acompañada de descripciones inigualables, que se alternan con diálogos sublimes. Siempre trata el tema de las mujeres que hay detrás del personaje y que son para él una fuerza invisible que lo impulsa a siempre ir más allá.

Poniatowska ha escrito una crónica obrera, poniendo a un héroe con luces y sombras que hace un canto a la solidaridad del trabajo. Hace una biografía ficcionalizada a varias voces, que incluyen los testimonios de Trinidad Pineda y el discurso femenino, que combate contra una sociedad más justa, con una voz predominante que sale de la condena del silencio.

El tren pasa primero recrea el desequilibrio de los valores y la educación en una época postrevolucionaria, que parte de la nostalgia de un tiempo lleno de lucha, mostrando personajes reales, débiles y fuertes, con sus mentiras, pactos y traiciones que los llevan a situaciones que escapan de sus parámetros.

En definitiva, en El tren pasa primero, Poniatowska ha preservado el impulso de un movimiento social. Con sutileza y conocimiento de causa, habla del rol de la mujer y de la izquierda mexicana en el movimiento ferrocarrilero. Una novela larga, que no desperdicia ni una sola página y que mantiene la esencia de la autora, que en esta ocasión nos deleita bajo la filosofía del tren como reflejo de la vida. A leer. 

1 comentario:

  1. ¡Hola!

    Gracias por la reseña ^^
    La de libros que me estoy apuntando gracias a esta iniciativa, otro más para la lista jajaja

    ¡besos!

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