Vivan las aventuras.
Este ha sido un libro maravilloso. Nunca
había leído a Sandoval y quise comenzar con esta historia antes de avanzar a
Mundo Umbrío que promete bastante. El
club de la Salamandra es un libro diferente, innovador, que me ha gustado
muchísimo y que sin duda, me anima a continuar con la narrativa del mexicano.
Nos presenta a Rudolph Green, un joven
traductor que quiere ser expedicionario. Cuando le dan a traducir un misterioso
mensaje encontrado en una lata de jugo de tomate, su gran oportunidad parece
haber llegado. Así, inicia una fabulosa aventura que lo lleva a cruzar el
mundo, conociendo inquietantes secretos de una sociedad convulsa, entrando en
contacto con la “anticiencia”, un conjunto de teorías y conocimientos, que
resguardan un grupo de anticientíficos, que manejan teorías prohibidas y
perseguidas por siglos y siglos gracias a los científicos convencionales, donde conocerá inquietantes revelaciones, amores inesperados y enemigos
peligrosos.
El club de la Salamandra es un libro valioso.
Eso me ha quedado muy claro. Rudolph es un personaje genial, sumamente
interesante, que habla 11 idiomas, cuatro dialectos y cuatro lenguas muertas.
Quiere ser como sus padres, un gran aventurero que lo arriesga todo por un
mensaje en una lata de tomate, que lo lleva a los anticientíficos y su aventura
de rescatar a los salvadores de la Tierra, aprendiendo una infinidad de antimaterias
gracias a su nueva familia, pues quedó huérfano con solo 7 años.
Desarrollan la idea de que nuestro planeta es
un huevo, explicado y ahondado por los anticientíficos, mientras que Rudolph se
enamora de Graziella, una de las hijas de los héroes de la tierra, mostrando
que el amor es una enfermedad que depende de cada uno y que le da el hilo
narrativo a la historia.
"Todos han querido estudiar el Universo, de
ponerle nombres, fechas, incluso han pretendido medirlo; dicen que es finito y
que se expande, ¿pero dentro de qué se expande?", se plantea el personaje,
haciendo que el lector se cuestione quién es y a dónde va, lleno de citas que
matan a la ciencia y a la lógica, encontrando la manera de mostrar
interrogantes que la ciencia no puede explicar y a las que los anticientíficos
le dan respuesta en este libro.
Y sí, la tierra parece ser un huevo que en
cualquier momento puede romperse. Su cascarón es débil y Sandoval describe los
escenarios necesarios para lograr imaginar un mundo donde todo está a punto de
quebrarse. Con El club de la Salamandra es fácil volverse loco de la manera más
metafórica posible, pues en cuestión de segundos nos lleva a imaginarnos
anémonas del tamaño de un carro.
El mexicano demuestra
la relatividad de todo lo que nos rodea, paseándose por el amor, la edad, la
realidad y la imaginación. Nos hace ver que una gran aventura puede venir de
cualquier oportunidad que nos presente la vida, incluso si está en una lata de
tomate, que nos lleva a ver el mundo de una nueva manera, sumamente
espectacular, en el papel de anticientíficos.
Porque recordemos que
las salamandras se adaptan a cualquier condición extrema, soportan el fuego,
cambian de forma, vistas desde el punto de vista científico, donde los abismos
rugen en su caos para ser deletreados por el hombre. Casi sin darse cuenta,
Sandoval aborda una de las paradojas borgianas: el libro y el contralibro. La
ciencia y la anticiencia, existentes, en dos mundos con una superficie
terrestre y subterránea, que se oye a lo largo de las líneas de este
maravilloso libro de aventuras.
En definitiva, con El club de la Salamandra,
Jaime Alfonso Sandoval se ha ganado mi corazón y me da pie para comenzar con la
trilogía de Mundo Umbrío que les iré trayendo poco a poco. Un libro
maravilloso, que se plantea la existencia, partiendo del cuestionamiento de la
ciencia, que me ha dejado fuera de lugar pero con un muy buen recuerdo del
escritor.
This book looks like a great read! Thanks for the share, keep up the posts! Love this!
ResponderEliminarScarlett