Vivan las tramas cargadas de psicología.
Nunca había leído a Julia Navarro. De hecho,
debo admitir con vergüenza que no conocía quién era hasta que el pasado año
volvió a los planos editoriales con Historia de un Canalla y, tras leer su
sinopsis, no me pude resistir. Lo cierto es que terminó entre mis libros
favoritos, pues aborda la ambición, la
codicia y el egoísmo del ser humano, dentro de una novela sumamente
psicológica, en la que indaga sobre la condición humana, ambientado en dos
lugares tan urbanos y cosmopolitas como Nueva York y Londres.
Parte de dos ejes: la comunicación y la
política. En las sombras del poder, los hulos se mueven para conseguir sus
objetivos a cualquier precio, donde muestra la relación dependiente entre el
periodismo y la política, construyendo una novela impactante y desgarradora,
que pone a Thomas Spencer, un canalla, como protagonista y se muestran los
momentos que lo llevaron a triunfar como publicista y asesor de imagen,
describiendo con gran acierto y realismo los turbios mecanismos de los que se
sirve el poder, así como el escenario que cubre a las grandes fortunas y los
medios de comunicación que alcahuetean a los políticos. Él sabe que puede
conseguir todo lo que desea, sin embargo, su salud delicada es el precio que
debe pagar por su estilo de vida, aunque
afirma que no se lamenta por ello; sin embargo, desde su último episodio
cardíaco una sensación extraña lo invade y en la soledad de su apartamento en
Brooklyn, no puede evitar preguntarse cómo habría sido la vida si no hubiera
sido así, como el mismo se define y afirma que no se arrepiente haberlo hecho,
admitiendo que ha mentido, engañado y manipulado a su antojo sin importar las
consecuencias, a lo que añade que “he destruido sueños y reputaciones,
he traicionado a los que me han sido leales, he provocado dolor a aquellos que
quisieron ayudarme. He jugado con las esperanzas de quienes pensaron que
podrían cambiar lo que soy. Sé lo que hice y siempre supe lo que debí hacer”, y
nos introduce a la historia de un canalla, es decir, la suya.
Julia Navarro
construye una narración absorbente que narra toda la miseria de una época, al
tiempo que platea la esencia de quienes manejan los hilos de nuestra vida, a
través de la confesión de Thomas Spencer, que interpela al lector sin tregua y
nos obliga a ver la naturaleza del poder de la manera más cruda, narrada por el
mayor de los canallas.
Ella afirma que quería contar una historia
real y así lo hizo. Es periodista de profesión y de corazón y aunque se ha
dedicado a su carrera literaria, le sigue preocupando todo lo relacionado con
la opinión pública. “Me preocupa cómo se puede manipular la opinión pública”,
dice en una entrevista, a lo que agrega que “Nos incitan a decidir qué
marca de agua compramos, e incluso a qué político votamos. La comunicación es
un elemento importante, es necesaria y tiene muchas cosas positivas, pero a mí
me preocupa ese otro lado”, donde queda claro que ha convertido a Spencer en un
genio de la comunicación para relatar un mundo lleno de personas sin
escrúpulos, como él mismo, con el que elabora un retrato de la maldad sin
arrepentimientos, que desencadena en un egoísmo puto que lleva a una “deseada”
soledad, haciendo de Historia de un Canalla una novela muy dura y psicológica,
a lo que reconoce que “Entiendo que puede llegar asfixiante porque es imposible
establecer ninguna empatía con el personaje (…)Desde ese punto de vista, tengo
la sensación de que me la juego delante del lector”, además de que busca
reflexionar sobre ese tipo de gente que no se arrepiente de nada, a lo que dice
que “Siempre me ha impresionado mucho esa gente que dice que volvería a cometer
los mismos errores. Quizá me choca porque yo si pudiera volver atrás sí
cambiaría cosas”.
Y me encanta el hecho
de que mire atrás no sólo para ver cómo habría sido su vida si no hubiera hecho
lo que hizo, sino también para pensar cómo sería la vida de los que le rodean,
si hubiera actuado de otra forma, donde además refleja una sociedad machista, a
lo que la autora explica que “La novela también trata de un problema
desgraciadamente muy actual: el maltrato a las mujeres. No solo físico sino
también psicológico, esa necesidad que tienen algunos hombres de dominar a la
mujer, que puede llegar a niveles de crueldad absolutamente inconcebibles”.
Porque recordemos que
Thomas es un hombre con resentimientos no resueltos hacia su madre por haberle
dejado la carga genética de ser hispano, que le hizo diferente a la élite
blanca de Nueva York, porque no se sentía bien en su propia piel y va
arrastrando ese malestar toda su vida, cobrándoselo con todos los que le rodean,
pero sobretodo con las mujeres, quienes juegan un papel fundamental; algunas
son víctimas, otras no lo son, se rebelan y deciden coger las riendas de su
vida, siendo capaces de decir no, mientras que hay otras que se quedan en el
camino, a lo que agrega que “Contar una historia desde la piel de un malvado no
es fácil. Vivir con ese personaje durante estos dos años ha sido lo más
complicado”.
Es así como la autora
se adentra en la ambición, la codicia y el egoísmo del ser humano, dentro de un
mundo hostil, gobernado por hombres, en el que las mujeres se resisten a ser
sus sumisas, haciendo de Historia de un canalla un libro original, narrado en
primera persona, que primero describe lo que hizo y después imagina cómo habría
sido si lo hubiera hecho de otra manera, lleno de constantes giros y una maldad
que absorbe al lector, siendo una historia bastante extensa, que acierta en la
descripción exacta de sus personajes, creando secundarios bien cuidados, a los
que ha dotado de matices y que explican por qué Thomas es como es, pues al
pertenecer al mundo de los asesores de imagen, representa la obsesión por las
máscaras que plaga la sociedad contemporánea, donde no importa la esencia de
las personas, sino la imagen que ofrece a los demás, donde incluye la tendencia
masculina de intentar controlar a las mujeres.
Porque recordemos que él ha nacido con el mal, siendo presa de este sentimiento y siendo siempre una persona tóxica, lo que bien expresa la frase que reza que: “La vida ha sido generosa contigo, pero tú no has sido generoso con quienes te lo han dado todo”, porque es la personificación de la maldad, siendo astuto y malo, aprovechándose de la gente, a lo que dice que no puede “amar a alguien a quien no respeto”, solo que no respeta a nadie, excepto a alguien que necesita tener al lado y que admira más por beneficio propio que por otra cosa. Sin sentimientos, sin poder liberarse del egoísmo, la soledad parece ser su única aliada, que cuando encuentra afectos intenta destruirlos, poniendo en la boca del personaje todo lo que alguna vez debió haber dicho.
Porque recordemos que él ha nacido con el mal, siendo presa de este sentimiento y siendo siempre una persona tóxica, lo que bien expresa la frase que reza que: “La vida ha sido generosa contigo, pero tú no has sido generoso con quienes te lo han dado todo”, porque es la personificación de la maldad, siendo astuto y malo, aprovechándose de la gente, a lo que dice que no puede “amar a alguien a quien no respeto”, solo que no respeta a nadie, excepto a alguien que necesita tener al lado y que admira más por beneficio propio que por otra cosa. Sin sentimientos, sin poder liberarse del egoísmo, la soledad parece ser su única aliada, que cuando encuentra afectos intenta destruirlos, poniendo en la boca del personaje todo lo que alguna vez debió haber dicho.
En definitiva, una novela fuerte, que me ha
encantado y que propone a un personaje cargado de rasgos psicológicos muy
interesantes de analizar, que habla de la relación entre el periodismo y la
política y que les recomiendo encarecidamente.
Me encantan los personajes así. Gracias por compartir, me la apunto sin duda. Besos
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