El amor sólo dura tres
años. Así lo asegura Beigbeder, pues dice que luego de ese tiempo, las parejas
se vuelven tediosas y monótonas. Esta idea la desarrolla en su novela, que
lleva como título esta afirmación, a partir de la cual el escritor hace un
profundo análisis del amor y lo que significa.
En cada uno de sus capítulos, va desgranando el fracaso amoroso de Marc Marronier, su protagonista, un cronista social que alcanza el éxito en un país vulgar, hipócrita, lleno de mentiras y engaños. En este panorama, el narrador se inmiscuye en su rompimiento con Anne, su esposa, contando todos los detalles de su relación, que dan pie para hablar de una generación como la nuestra, obsesionada con el lujo, la apariencia, el sexo casual, las fiestas y el falso amor.
En El amor dura tres
años, el escritor analiza cómo repercuten la ética y la moral que se les
inculca a los niños durante su infancia en la adultez y sus consecuencias,
puesto que al protagonista, sus padres le enseñaron que debía parecer siempre
feliz y cuando realmente lo fue, no supo qué hacer para dejar de lado las
apariencias y centrarse en su matrimonio, lo que lo llevó a la miseria.
Beigbeder, además, nos
habla de la obsesión de Marc con el amor, pues este argumenta, entre muchas
otras cosas, que nacemos bajo la idea de que este debe ser para toda la vida y,
contrario a esto, la química comprueba que el amor desaparece luego del paso de
tres años. A partir de allí, el escritor construyó un ensayo
novelado, que concluye que el amor tiene un año de pasión, otro de ternura y
otro de aburrimiento.
Esto lo logra
gracias a que tiene un personaje principal emotivo, pero a la vez hastiado como
para enamorarse de verdad. Sin embargo, es demasiado sensible para permanecer
indiferente. Por ello, se enamora y vuelve a sufrir, porque sabe que todo
acabará luego de que pasen tres años, partiendo de la base de que el amor es
una utopía absurda, de la que no puede evitar formar parte.
Además,
toca el tema del sexo desde una perspectiva bastante acertada, pues dice: "Nuestra generación tiene una pésima
educación en el terreno sexual. Creemos saberlo todo, porque vivimos
bombardeados por pelis porno y porque nuestros padres han hecho su llamémosle
revolución sexual. Pero todo el mundo sabe que la revolución sexual nunca tuvo
lugar. En el sexo, al igual que en el matrimonio, nada se ha movido ni un
milímetro desde hace un siglo. Nos acercamos al año 2000 y las costumbres son
las mismas que en el siglo XIX. Los tíos son machistas, torpes, tímidos, y las
chicas son púdicas, reacias, acomplejadas por la idea de que las tomen por unas
ninfómanas. La prueba de que nuestra generación es sexualmente nula es el éxito
de los programas que hablan de sexo en la radio y en la televisión, el ínfimo
porcentaje de jóvenes que se ponen preservativo para hacer el amor. Esto
confirma que son incapaces de hablar del tema con normalidad. Así que imaginad,
si los jóvenes son malos, los jóvenes burgueses a la fuerza tienen que ser...
una catástrofe. (...) En resumen, mientras que una historia de sexo puede
convertirse en una historia de amor, pocas veces ocurre lo contrario”.
Sobretodo, El amor dura tres años es un libro de
pensamientos, ideas y reflexiones sobre las relaciones humanas, narradas con un
tono que va entre la resignación y la nostalgia, valiéndose de un humor
sarcástico y un lenguaje tierno, en primera persona, que hace una oda al amor
real.
En definitiva, lo que está aquí son los pensamientos
del autor, no pretende dar cátedra, simplemente se limita a plantar cara frente
a este sentimiento universal y reflexiona en torno a él. Así, Beigbeder hace un
ensayo novelado, desde una perspectiva real y cercana, apoyada en un hecho
científico, que postula que el amor no dura más de tres años pero… ¿será
cierto? ¡Cuéntenme en los comentarios!
Hola!!! Formo parte de la iniciativa seamos seguidores y ya te sigo!! Aquí te dejo mi blog para que me sigas igualmente <3
ResponderEliminarhttps://lugarparalectoras.blogspot.mx
Besos!