Tuve la oportunidad de toparme por primera vez con Ensayo sobre la Ceguera en el 2013 tras haberlo comprado (por tan solo ochenta bolívares en la Feria del Libro de Altamira de aquel año. Hace poco, releí la novela para mi clase de literatura y he reafirmado porqué me gustó tanto este libro. Ahora he encontrado un significado más amplio que la primera vez que lo leí y he podido conectar más con el libro. En él, hay un sinfín de enseñanzas prácticas para mi realidad que hacen de Ensayo Sobre la Ceguera uno de mis libros indispensables y favoritos de toda la vida.
El libro, nos relata la historia de un mundo que se ha quedado ciego de una manera poco
común y contagiosa. Comienza cuando un hombre va de lo más tranquilo y, de
repente, comienza a verlo todo blanco. Al ir al oftalmólogo, este le dice
que sus ojos están completamente sanos y que, normalmente, la ceguera se ve
negra. Con el paso de las horas, todo aquel que ha tenido contacto con el
primer ciego, también lo está, menos una mujer, la esposa del médico, que es la
única que se libra de la enfermedad.
Los
primeros ciegos (la chica de las gafas oscuras, el médico, el primer ciego, la
esposa del médico, el niño bizco y el viejo de la venda negra) son reclutados
en una cuarentena para que no tengan contacto con el resto del mundo y no
contagien a nadie más. Sin embargo, la medida no surge efecto, pues cada vez es
mayor el número de ciegos, lo que hace que el control sobre la situación se
pierda, pues el Sanatorio donde estaban viviendo no se da abasto para tantas
personas. En este panorama, comienzan a surgir líderes que se aprovechan de los
demás, pidiendo dinero y mujeres a cambio de la comida.
Esta
serie de situaciones destapan la caja de Pandora y, cuando el grupo de ciegos
logran salir del Sanatorio, creyendo que se han salvado, descubren que la
realidad afuera es mucho peor, pues, como en la realidad, todos han perdido la
visión y transitan en pro de su propia estabilidad. Sin embargo, al ser la
mujer del médico la única que puede ver, permite reflexionar sobre la
importancia de tener ojos en una sociedad que los ha perdido, a través de una
novela que habla sobre cómo recuperar
nuestra lucidez y romper esa ceguera moral y social que, para algunos, es una
discapacidad física.
A partir de esta trama, Saramago
aborda las tres utopías principales del ser humano, entendiendo como utopía a
los proyectos o deseos ideales, en los que se concibe un ambiente perfecto y
justo, sin conflictos, donde la vida transcurre en armonía e igualdad, cosa
bastante probable. A partir de este concepto, el escritor habla de la ciencia,
la igualdad social y la política como los tres ideales del hombre, que cree que
en ellos está la solución a todo.
Por su parte, la sociedad aspira a
una igualdad comunitaria a través del socialismo; en la ciencia se busca una
mejora a nuestra calidad de vida, cosa que va en contra del primer principio,
pues así exista, no todos podemos aspirar a ella; y la paz mundial, tal vez el
apartado más irreal de todos, pues es completamente inalcanzable, ya que en el
conflicto está la sazón de la paz.
Así, Saramago se inmiscuye en
estos tres puntos, alegando que son completamente imposibles, pues desde los
inicios de la historia, el ser humano ha soñado y luchado por un mundo
equitativo, cosa que es imposible pues siempre habrá alguien que sea superior a
nosotros. En la novela queda claro en el episodio del Sanatorio donde los
ciegos comienzan a tomar partido, dividiendo al lugar entre los fuertes y los
débiles, los cuales deben servir con sexo o dinero, como en la vida misma. De igual forma, habla de la mala
política que ha gobernado al mundo y que tuvo un gran énfasis en la época en la
que Ensayo sobre la ceguera fue publicado, ya que los cinco continentes estaban
plagados de dictaduras y regímenes totalitarios.
El libro, adentrado en el Vanguardismo, se caracteriza, al igual que el
movimiento, por ser experimental e innovador, rompiendo con los paradigmas
establecidos, pues Saramago no divide a la novela en capítulos, prescinde de
los diálogos, no utiliza signos de puntuación, describe a sus personajes según
sus características y narra todo de manera dantesca, con el fin de hacernos
chocar con una verdad dolorosa, de la que formamos parte. Pese a esto, la
lectura de Ensayo sobre la Ceguera es fundamental, pues la contundencia del
mensaje que se esconde tras sus páginas debe llegar a todo el mundo, ya que el
portugués, con proyección universal, presenta el estado puro del ser humano, en
un ambiente que se fusiona con la acción y los sentimientos de los personajes,
los cuales dejan fluir su conciencia mediante monólogos interiores, que crean
un ambiente ambiguo, dando pie a la reflexión.
Esta novela es el vivo reflejo de
nuestro mundo, donde tenemos ojos, pero nos negamos a ver. Saramago hace una
crónica sumamente vigente, cuya lectura será difícil para aquellos que
prefieran optar por cerrar los ojos, pues esto resulta mucho más fácil y menos
incómodo. Por esta razón, el escritor habla de una ceguera blanca, símbolo del
estado de conciencia y lucidez que atravesaron los protagonistas en su
peregrinar hacia la sanación moral, en el que aprendieron a hacer el bien, sin
mirar a quién, en un mundo donde la mayoría de las veces el medio justifica el
fin.
No es una novela apta para sensibles.
Saramago describe escenas fuertes y situaciones de precariedad sumamente
duras. El
ganador del Nobel va directo al punto y, sin tapujos, describe todo tal cual como se lo imagina y
dice lo que tiene que decir y punto, sin importarle qué tanto te pueda doler.
Esto hace que la novela se torne oscura, fuerte, ruda y que te haga sufrir
hasta más no poder, sin embargo, es necesario que esto ocurra para poder chocar
contra la realidad y cambiar nuestras perspectivas.
Así, sumando cada uno de estos
elementos, Saramago nos obliga a tener
ojos en un mundo que nos ha perdido. Esto lo logra a través de la mujer del
médico, que en vez de aprovecharse de la situación, como muchos hicieron, optó
por ser una más y guiar el camino hacia la salvación. En ella, en este
prototipo de persona ideal, nos da un millón de motivos para el miniar nuestra
ceguera y ayudar a construir un mundo sin vendas, donde la lucha individual y
la vista gorda a los problemas comunes dejen de ser dos puntos claves.
De
igual forma, nos lleva a cuestionarnos: ¿qué
haría yo en una situación así?, ¿si yo tuviera ojos, sería como la mujer del
médico? y un largo etcétera, llamándonos a mirar cuando otros son incapaces de hacerlo y,
en un mundo donde todo están ciegos por razones morales, sobrellevar lo
caótico, como la mujer del médico, que ha sobrellevado esa situación desde
mucho antes de la epidemia, pues como bien dice el libro, en este país sin
nombre los personajes ya eran ciegos antes de perder la vista.
En definitiva, una historia asombrosa y
gran merecedora del Nobel, llena de simbolismos y
de detalles que nos dejan boquiabiertos. Una novela espectacular, que todos
debemos leer aunque sea una vez en la vida y que cada día se hace más
vigente. No me queda más que invitarlos a ver y a que, en un mundo como
este, lideren el cambio como la mujer del médico.
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ResponderEliminar¡Hola!
ResponderEliminarQué buena reseña :D Tengo pendiente leer a Saramago ya que me han hablado de él pero aún no termino de decidirme.
Por cierto, vengo de la iniciativa de Granitos de Arena y ya me quedo por aquí y te sigo ^.^
Nos leemos! Besitos <3
Yo me sentí un poco extraña al leer este libro, pero no puedo negar que fue fantastico! Definitivamente tengo que leer otros de este autor
ResponderEliminarhola espectacular reseña y nos encanta el diseño del blog,amamos a poe!!!gracias por pasarpor la morada, y si gustas dame click en seguidoras y te tengo como una seguidora sumada.no me figura nombre aun, y nos leemos pronto!!
ResponderEliminarHola Mar ¿Puedo decirte Mar, o yo soy la única Mariana a la que le dicen así?
ResponderEliminarMe pasó lo mismo con otros libros como La Metamorfosis de Kafka, que lo leí con 9 años!!
A Saramago lo tengo pendiente aún, pero ya tengo algunos comprados, así que de seguro lo lea pronto. La reseña me encantó.
Un beso grande :)
Hola!
ResponderEliminarLa verdad es que había oído hablar de esta obra de Saramago pero nunca, ni en la escuela, se me cruzó leerla, supongo que es una tarea pendiente que tengo.
Me quedé fascinada con la idea de que todos queden ciegos menos uno, aunque se entiende que va más allá de la ceguera física sino más una ceguera en términos de reconocer al otro.
Muchísimas gracias por tu reseña!
Saludos,
Sol.
Hola!! Me quedé enamorada de tu blog, es muy lindo!!
ResponderEliminarHay libros que tienen que llegar en un determinado momento, a mí me pasó de releer y ver que era muy diferente a lo que ya había leído porque las experiencias eran otras y la mentalidad también. Cuando empecé a leer tu reseña me di cuenta que vi la película y me había encantado. No tenía ni idea de que se tratara de un libro. Tengo mucha curiosidad porque ahora sé que no sólo se trata de personas que quedan ciegas sino que tiene un trasfondo.
Vengo de la iniciativa Seamos seguidores y la de Granitos de arena
Saludos y nos leemos!!