Partiendo
de un caso real, Piglia hace una reconstrucción ficcionada de un atraco en 1965
en la ciudad de Buenos Aires, donde hasta políticos y policías salen ganando.
Sin embargo, en la huida, los maleantes deciden traicionar a sus socios y
escapar con toda la plata. Así, se arma una guerra entre la ley, los medios de
comunicación y los traicionados contra los ladrones donde todo saldrá a la luz.
Tomando
como referencia grabaciones secretas, testimonios, declaraciones y artículos
periodísticos reales, el escritor construye una novela llena de violencia,
cargada de personajes inolvidables, como Malito, el Nene, el Gaucho y el
Cuervo, llenos resistencia, que encarnan las pasiones humanas más oscuras, como
la traición, la avaricia, la corrupción, el miedo y la desesperación. Así,
Piglia reconstruye a la perfección el lugar, los diálogos, la época, lo
sucedido y el drama que contrajo en una novela como Plata quemada que roza la
perfección.
Con un
ritmo vertiginoso y una pluma impecable, se presenta como un drama duro y
conmovedor que desentraña muchas verdades. Sin moralismos, el argentino escribe
sin pelos en la lengua y deja ver lo más sucio del ser humano. Con
contundencia, critica, denuncia y mira a la sociedad desde el crimen, a través
de un juego de espejos que presenta rasgos psicológicos bien marcados que le
dan fluidez a la trama, en conjunto con una tensión constante que la hace
trepidante, llena de miedos, locuras, riesgos, peligros y mucha acción.
Más
allá de rememorar el relato, Piglia se encarga de reconstruir las relaciones
entre los protagonistas, sus temores y motivaciones, sus reacciones frente a la
traición, mediante diversos monólogos y recuerdos que marcaron su destino. Con
un estilo muy particular, el escritor les pone el ojo y les exige,
transmitiéndole esa presión al lector, que deberá poner tanta atención como el
detective para no dejar pasar ningún detalle.
Así,
el argentino ve a la sociedad desde un conjunto de historias y retrata muchas
de sus tragedias, revelando esos submundos que nos componen como humanidad,
donde el dinero es el único bien que nos une (para mal). A través de siete
personajes que encarnan los siete pecados capitales, Piglia hace una crítica a
la modernidad que ha legitimado las transgresiones de la ley y hace un llamado
a la reflexión sobre nuestros valores en la contemporaneidad, en una novela
que, en definitiva, nos lleva a cumplir un rol social, en un ejercicio práctico
como sujetos que responsables de nuestras situaciones en contexto, descifrando
la verdad que todos quieren ocultar. Imprescindible.
¡Hola! Pues no conocía la novela ni el caso en cuestión. La verdad es que me parece interesante que se traten las relaciones interpersonales en una situación como la que describe el libro.
ResponderEliminarApuntado!