"Esta historia, como se advierte en los cuentos infantiles, ya ha sucedido antes y volverá a suceder. Que me haya tocado a mí contarla es lo de menos".
De esta manera,
construye una novela de dos familias a las que el narcotráfico afecta desde lo
más hondo, donde el miedo es su motor. El miedo a salir a la calle, de noche,
de recordar, de escuchar un ruido, de ver una sombra, del futuro, del miedo a
la vida, a que nos maten un día caminando por la calle, que se desata tras la
muerte de Ricardo, que da pie a que todo en la vida de Antonio se caiga.
Pero, ¿qué ruido
hacen las cosas al caer? Depende. El de un avión es espantoso. Y aquí se caen
varios aviones. El primero, en una exhibición aérea. El segundo el que Pablo
Escobar hace explotar. El tercero sería un spoiler. Pero le da título a la
novela y no deja de escucharse hasta la última página.
El ruido de las cosas
al caer narra las desventuras de una generación que creció bajo el horror de la
violencia, engendrada por el narcotráfico y que pretende salir de él, pero que
vive bajo el miedo permanente porque, a pesar de que todo terminó, el terror y
sus secuelas no se borran. Son estruendosas, como el ruido y dejan cicatrices
indelebles sobre el cuerpo colombiano.
Posee una estructura
compleja, que parte de la premisa de un thriller y que va más allá de una
simple anécdota. Construye el origen y el desarrollo del tráfico de drogas.
Pretende que el lector se introduzca en un mundo ingenuo y corrupto, a través
de ambientes, paisajes y un estilo que deslumbra gracias a su simplicidad.
Nunca se agota y consigue suponer más allá y atar los cabos sueltos. Lo que
narra es conocido por su país, configurando el retrato trágico del colombiano
de hoy, donde no hay inocentes y todos son culpables de las circunstancias creadas
ante lo ocurrido.
Sin embargo, más allá
de los hechos históricos, a Vásquez le interesan sus consecuencias en la vida
de los demás. En su novela, todos los puntos convergen entre el relato oral y
la caja negra de un avión que revela la tragedia padecida por los
protagonistas. Por ello, puede leerse como una novela policíaca, con un enigma
que debe resolverse al final, que incluso contiene toques de amor, lleno de
juegos de azar imprevistos, donde el destino les tranca su felicidad, gracias a
la Colombia que les tocó vivir. Haciendo que todo se derrumbe. Dejando un ruido
ensordecedor. Como en las mejores tragedias clásicas.
En definitiva, una
novela que hace que el lector participe activamente en el relato y viva la
cotidianidad de sus personajes. Es maravillosa y resume la historia reciente de
Colombia, con un lenguaje preciso, sobrio y carente de todo amaneramiento. Un
libro que habla del miedo y del estruendo que produce, que desde su título
comienza a dejar cabos sueltos, que al atarse logran la perfección literaria
tan soñada para algunos. Sin duda alguna, de los mejores ganadores del premio
alfaguara.
Hola, me llama bastante la atención este libro, y principalmente porque cuenta una historia totalmente realista, este tipo de libros siempre me han llamado mucho la atención, me lo apunto para leerlo, saludos desde kiwybooks.blogspot.com
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