La novela abre con el inicio de la dictadura
chilena y se centra en tres familias, los Beltrán, adinerados y llenos de apariencias,
los Leal, recién llegados de España y los Ranquileo, muy pobres, que se acaban
uniendo por pequeñas coincidencias hasta que su destino se entrelaza sin
remedio. A partir de ellos, Allende deja ver cómo la opresión del gobierno y el ejército afectan
de manera particular a cada cual, según su estatus. Aunado a esto, marca una clara diferencia
entre el pueblo llano, falto de educación, que mitifica todo lo que le rodea, y
los ricos, cuyas cuentas bancarias han vivido tiempos mejores, pero prefieren
fingir que viven en un mundo maravilloso.
El amor es el eje central de esta novela, surgido de la dificultad entre Irene Beltrán y Francisco Leal, quienes hilan la novela, en una cruda historia de subsistencia, pues se ven, ligados al
patriotismo, marcados por el dolor del desarraigo y bajo la certeza de que lo que piensan les impide seguir viviendo en el país que los vio nacer. Tomando como piedra angular la dictadura de Pinochet, Allende reflexiona
sobre hasta dónde puede llegar el ser humano para conseguir lo que quiere. A
través de una gama de buenos y malos, valientes y cobardes y todo el odio que
se esconde, nos muestra las manifestaciones del amor y lo que contraen, en un mundo de abuso y represión.
Con una prosa preciosa a la que ya estoy muy acostumbrada,
Allende sobrelleva el horror de la tragedia con una narrativa poética y
envidiable, de la que se vale para construir personajes que, buscando desentrañar la verdad y
llevar la justicia como bandera, chocan con un país que no se los permite. En
definitiva, una novela fascinante, de tragedias, éxtasis, alegrías y un sinfín
de claroscuros tan amplios como el amor y el odio. Muy recomendable.
Hola!!
ResponderEliminarEs una autora que me gusta mucho, así que me lo llevo apuntado.
Besitos :)