Diez mujeres, Marcela Serrano.


Nueve mujeres, muy distintas y que tienen mucho tiempo, comparten sus historias, gracias a que Natasha, su terapeuta, las reúne en la convicción de que las heridas comienzan a sanar cuando hablamos de ellas. Sin importar su estatus social, edad o profesión, cada una lleva sobre sus hombros el peso del miedo, la soledad, el deseo y las inseguridades, cuya base se haya en un pasado que no pueden dejar atrás, a la par que viven un presente distinto a lo que querían y piensan en un futuro que les asusta. 

En Diez mujeres, Serrano construye madres, hijas, esposas, viudas y amantes. Ellas, guiadas por Natasha, aceptan el desafío de asumir y reinventar sus vidas. Así, repite una fórmula constante en 9 variables que adquieren voz propia a través de monólogos , que cuentan los eventos más importantes en sus vidas, reflejando la depresión que experimentan gracias a un millón de motivos, que desembocan en problemáticas relacionadas con la situación femenina en los roles de madre, hija y esposa, así como en temas como la tercera edad, el lesbianismo, la pobreza, el abuso sexual y la maternidad.


A su vez, los relatos tienen como base la historia chilena de la segunda mitad del siglo XX hasta el presente, a la par que se incluyen sucesos universales como la guerra de Vietnam, el nazismo y la emigración de los judíos y conflictos actuales  como la franja de Gaza y la guerra entre palestinos e israelíes.

Las mujeres de esta historia están marcadas por grupos que las categorizan como las “esotéricas”, las “proletas”, las “intelectuales”,  las “VIP” o las “bellas durmientes”. Esta nefasta clasificación representan la división geográfica y, a su vez, reafirma la hermandad entre todas estas mujeres. Marcela, a través de ellas, argumenta que todas tenemos una historia que contar y que, en un mundo como este, es necesario que nos apoyemos entre nosotras. 

Serrano solo propicia datos necesarios y comunes para entretejer sus relatos, que cobran vida propia, siendo el comportamiento de la madre un factor constante que influencia a las protagonistas. Desde una mamá indiferente, hasta una abnegada o una paralizada por su enfermedad, las protagonistas de esta historia se ven marcadas por lo que fueron, lo que las lleva a cuestionarse si serían las mismas si hubieran nacido en otras familias, en otro país y con otro contexto económico, lo que abre una serie de preguntas: ¿Determinan las circunstancias nuestra personalidad?, ¿El destino influye sobre nuestras vidas?, ¿La libertad tiene límites?


La escritora chilena afirma, a través de cada una de las mujeres, que siempre existe un punto de empatía donde podemos encontrarnos, con el fin de solidarizarnos, pese al abanico de personalidades posibles. Ella incluye también temas sobre la imposibilidad de controlar el destino, la fatalidad de la muerte, la rudeza del alcoholismo y la dificultad de la propuesta, así como el valor de la amistad entre mujeres y el sentido de vivir y luchar por lo que se quiere. Son mujeres corrientes, tan comunes como nosotras que, gracias a esto, logran sumergirnos en su interior.  

Cada una de ellas es especial y diferente. Serrano está convencida de que para sanar, hay que hablar sobre lo que se siente. Así, hace que Francisca, Mané, Juana, Simona, Layla, Luisa, Guadalupe, Andrea, Ana y Natasha expongan sus dolores y nos invita a hacerlo nosotros también. En definitiva, Diez mujeres sigue la línea de la literatura de la chilena, esta vez estructurada en diez monólogos. No es lo mejor que ha escrito, pero sin duda vale la pena leerlo.

2 comentarios:

  1. ¡Hola, Mariana!
    Este libro tiene una pinta fantástica. Me interesan mucho los monólogos, y en cierto modo me recuerda a la estructura de un libro de psicología de género que leí hace un tiempo.
    ¡Un beso!

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  2. Lo amé! Me gustó más que "El albergue de las mujeres tristes". Ahora leo "Para que no me olvides"

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