Informe contra mí
mismo es un libro muy personal. Va a favor de lo que Eliseo Alberto ama, su
familia, sus amigos y su bella Cuba, haciendo una primera historia de su
memoria, comenzando por la experiencia de la Revolución cubana, a quemarropa,
con la pasión ciega. El escritor se deja llevar por la emoción, pues esta es, a
fin de cuentas, la única razón de la pasión. ¿Será cierto que la mejor defensa
es el ataque?, se cuestiona, permitiéndose reflexionar a partir de la figura de
José Martí la salida de la dictadura para una “paz necesaria”, sin odios.
Afirma que tuvo la
necesidad de escribirlo, pues asegura que algún compatriota encontrará en sus
recuerdos los propios y así se sentirán acompañados, ya que se niega al
imperdonable olvido. Tarde o temprano, los cubanos se volverán a encontrar,
bajo la sombra isleña de una nube, estando atentos a esa lucha que desde tantos
años llevan desde el exilio.
Franco, honesto y
autocrítico, Informe contra mí mismo es un análisis de la Revolución cubana
sumamente devastador, sobretodo por su objetividad. El título del libro es fiel
a su introducción, pues saca trapos sucios que Eliseo Alberto ha arrastrado por
toda su vida. Es un libro vigente, inclusive clarividente, que nos deja con la
sensación de que ya no hay más nada que decir, que nos seduce, que no es
predecible y que, a pesar de no ser cubanos, nos hace un nudote en la garganta.
El cubano hace un
testimonio desde la dolorosa observación de un proceso muy difícil. Es un texto
de juicio, un documento construido a base de una memoria que guardó con tristeza lo que alguna vez fue una
nación. Lastimado, el escritor, más allá de cualquier cosa, busca recordar y comprender lo que ha
sucedido en Cuba en los últimos cincuenta años, ayudando a entender el
nacimiento, auge y crisis de una revolución que sedujo a unos y maldijo a
otros, explicando el cómo, el cuándo y el porqué sus compatriotas perdieron la
razón y el corazón.
Informe contra mí
mismo destila fuerza y vitalidad a base del dolor, el rencor, la nostalgia y la
rabia, logrando combinar la memoria con la sabiduría de lo que ya no es posible
recuperar. Con una prosa envidiable, Eliseo Alberto conmueve y lastima al
lector, pues construye frases transparentes que logran un efecto brutal en
quien se adentra en él. Con calidad, gracia, claridad y responsabilidad,
Informe contra mí mismo es un testimonio emotivo, punzante, sentido y sensato
sobre la revolución cubana que, en definitiva, no pueden dejar de leer, porque
todos arrastramos una patria que sangra, aunque no se llame Cuba.
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