Plata quemada, Ricardo Piglia.




Partiendo de un caso real, Piglia hace una reconstrucción ficcionada de un atraco en 1965 en la ciudad de Buenos Aires, donde hasta políticos y policías salen ganando. Sin embargo, en la huida, los maleantes deciden traicionar a sus socios y escapar con toda la plata. Así, se arma una guerra entre la ley, los medios de comunicación y los traicionados contra los ladrones donde todo saldrá a la luz.

Tomando como referencia grabaciones secretas, testimonios, declaraciones y artículos periodísticos reales, el escritor construye una novela llena de violencia, cargada de personajes inolvidables, como Malito, el Nene, el Gaucho y el Cuervo, llenos resistencia, que encarnan las pasiones humanas más oscuras, como la traición, la avaricia, la corrupción, el miedo y la desesperación. Así, Piglia reconstruye a la perfección el lugar, los diálogos, la época, lo sucedido y el drama que contrajo en una novela como Plata quemada que roza la perfección.
 
Con un ritmo vertiginoso y una pluma impecable, se presenta como un drama duro y conmovedor que desentraña muchas verdades. Sin moralismos, el argentino escribe sin pelos en la lengua y deja ver lo más sucio del ser humano. Con contundencia, critica, denuncia y mira a la sociedad desde el crimen, a través de un juego de espejos que presenta rasgos psicológicos bien marcados que le dan fluidez a la trama, en conjunto con una tensión constante que la hace trepidante, llena de miedos, locuras, riesgos, peligros y mucha acción.

Más allá de rememorar el relato, Piglia se encarga de reconstruir las relaciones entre los protagonistas, sus temores y motivaciones, sus reacciones frente a la traición, mediante diversos monólogos y recuerdos que marcaron su destino. Con un estilo muy particular, el escritor les pone el ojo y les exige, transmitiéndole esa presión al lector, que deberá poner tanta atención como el detective para no dejar pasar ningún detalle.

Así, el argentino ve a la sociedad desde un conjunto de historias y retrata muchas de sus tragedias, revelando esos submundos que nos componen como humanidad, donde el dinero es el único bien que nos une (para mal). A través de siete personajes que encarnan los siete pecados capitales, Piglia hace una crítica a la modernidad que ha legitimado las transgresiones de la ley y hace un llamado a la reflexión sobre nuestros valores en la contemporaneidad, en una novela que, en definitiva, nos lleva a cumplir un rol social, en un ejercicio práctico como sujetos que responsables de nuestras situaciones en contexto, descifrando la verdad que todos quieren ocultar. Imprescindible.


1 comentario:

  1. ¡Hola! Pues no conocía la novela ni el caso en cuestión. La verdad es que me parece interesante que se traten las relaciones interpersonales en una situación como la que describe el libro.
    Apuntado!

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