Nacida en Santo domingo, Zarité, mejor
conocida como Teté, es la hija de una madre africana que nunca conoció y de uno
de los marineros blancos que la llevaron a la esclavitud. Entre la brutalidad y
el miedo, lela encuentra consuelo en los ritmos tradicionales del tambor y en
la alabanza del vudú, sin embargo, cuando al cumplir 9 años es vendida al
terrateniente Toulouse Valmorain, su vida comienza a cambiar. Cuando la
revolución de Toussant Louverture llega a Saint-Lazare, huyen juntos a Nueva
Orleans, donde forja una nueva vida y le permite a Allende trazar la historia
de una mujer decidida a encontrar el amor entre la pérdida y forjar una nueva
identidad, resurgiendo de las más crueles circunstancias.
Es una novela ágil, bien escrita, que tiene
sus bases en una auténtica novela histórica, pues reconstruye la época en la
que se desarrolla, con un personaje que se desenvuelve en un ambiente que lo
condiciona de un modo tan profundo, que no podría comportarse de igual manera
en otra época. Allende crea un personaje que vive el horror de la esclavitud en
el Caribe francés, dentro del poder absoluto de un humano sobre el otro, que
condiciona la evolución humana de todos
los personajes, cuyas vidas se ven marcadas por sus vicisitudes personales y
los acontecimientos históricos que son su telón de fondo.
La isla bajo el mar es una novela coral del
siglo XVIII, que comienza con la revolución francesa y que termina en 1810,
proponiendo a un personaje que no se resigna ante su destino. Es una historia
de sufrimiento, de azar, pero sobretodo de libertad, dentro de un relaje
sentimental e intimista, que se logra dentro del valor de su cultura, por lo
general tan ignorada o despreciada, que le sirve para reivindicarse y resurgir
a través de ella.
“Ha venido a
mostrarme una historia de sobrevivencia, de resistencia, de obsesión con la
libertad, de pasión, de maternidad, de todos los temas que me interesan, de
todos los temas que me encanta tocar. He tenido muchos personajes femeninos
fuertes que vencen obstáculos en mis novelas, unas históricas y otras no, pero
nadie con tantas limitaciones como Zarité, sin educación, esclava, violada, le
pasó de todo, africana, trasplantada a una colonia espantosa que fue Haití.
Nunca había tenido a nadie con tantos obstáculos”, afirmó Allende en entrevista
con Vivian Lavín.
Dentro de un mosaico
de personajes, destacan las mujeres, que sobresalen como personajes fuertes,
luchadores y valientes, que enfrentan los prejuicios ante una sociedad que las
condena a la esclavitud. Zarité es la principal representante de ese dolor
experimentado en todas las maneras posibles, pues a través de ella descubrimos
todas las humillaciones, crueldades y ofensas que podían ejecutar los amos
sobre los esclavos, desde una perspectiva femenina, que subyuga, desde
diferentes características de su personalidad y cultura, al opresor.
Isabel Allende mezcla
la primera y la tercera persona, para mostrar al personaje desde su visión y a partir
de la generalidad que da pie a la reflexión de todo lo ocurrido. Así, con un
lenguaje sencillo, típico de la escritora, La isla bajo el mar utiliza sucesos
verdaderos como telón de fondo para sus novelas, recreando el proceso de
independencia de Haití, conjugado con la atmósfera misteriosa propia de los
personajes, entre ceremonias, vudú, hechizos y curanderas, que se forman para
incluir lo real maravilloso dentro de la novela, que se presenta a través de
personajes como Henry y el mito de Mackandal, que sirve para afianzar , así
como las numerosas escenas que componen el libro, lo fundamental del elemento
dentro de la cultura latinoamericana.
“No se explica la
revolución haitiana ni la sobrevivencia del pueblo haitiano hoy sin esa real
maravillosa, sin la espiritualidad ¿Te has fijado que cuando se trata de otros
se llama magia, pero cuando se trata de nosotros se llama religión? Pero es la
misma cosa. Son creencias. Y las creencias nuestras no son más valiosas ni más
verdaderas que las del vecino, son todas igual, tienen la misma racionalidad”,
aseguró Allende.
El vudú es una
religión que liga al hombre a un lugar, como si fuera una isla que estaría “bajo el mar”, donde todos los espíritus
de Guinea vivían y todas las energías de la naturaleza y del ser humano están más
cercanas. En la novela se presenta, además, como un acto social, mediante el
cual los esclavos disfrutan de fiestas y reafirman sus creencias mediante
ritos, que surgen a través de figuras como Mackandal que se presenta como un
artífice de esperanza y libertad para los esclavos.
En una isla bajo el
mar Zarité, así como los volcanes, surge desde abajo, empujando hacia la
superficie, a través de constantes rebeliones que son capaces de construir un
mundo de libertad, gracias a su autodeterminación. En definitiva, una novela
impresionante, imprescindible e increíble, que tienen que leer y que es un
abanico abierto de interpretaciones, dentro de un mundo de oprimidos y
opresores, que podría surgir como una metáfora de la realidad. Tienen que
leerla.
¡Hola!
ResponderEliminarIsabel Allende es una autora que me encanta y siempre consigue crear personajes fantásticos, sobre todo los femeninos. Además, el contexto y la ambientación me interesan mucho así que me lo apunto sin dudar. Gracias por la reseña.
¡muchos besos!
¡Hola!
ResponderEliminarGracias por esta reseña. Solo he leído un libro de Allende y me encantó la forma en la que mezcla lo histórico con la fantasía en sus historias. Así que me apunto este título para compras futuras :D
¡Un abrazo!