Mijael es paralítico del cuello para abajo y un viernes por la noche saltó por su ventana y se mató. Los Gelman, sus padres, buscan respuestas a este hecho fuera de lo común, interrogando a su vecina Nadia, que vive sola y puede comunicarse con los ratones, a Jaques, un economista que puede predecir al futuro y a Ela, una heredera de un local de lotería y el gran amor de Mijael que, además, puede mover cosas con la mente.
Caer es una forma de
volar abre agujeros en la realidad, por los que se filtra un caudal de
fantasía, que se introduce en los elementos más comunes y cotidianos. Chacek
construye una historia de amor entre dos seres insólitos y nos convierte en
testigos de su historia, lo que nos lleva a cuestionarnos ¿quién lo ayudó a
saltar si estaba completamente sólo y no podía levantarse de su silla?, ¿acaso
este acto reveló sus cualidades especiales? Quién sabe...
Este libro es una especie de cuento de
hadas para adultos, pues tiene un final fatal y está dotando de extravagancia en las cosas más simples, lo que hace que cada detalle cuente. Así, Chacek conforma un catálogo de personajes tristes, que sobreviven sabiendo que su
existencia es insignificante para el mundo y que reflexionan sobre la presión
que las expectativas ponen sobre nosotros y lo difícil que es encajar en un
lugar.
Karen Chacek es
maravillosa y con esta novela nos hace caer, volar y volver a caer, en una
marejada de locuras paranormales, sustentadas en el amor y en la familia, que
se narran con un lenguaje precioso y poético, que entreteje la vida de todos
sus personajes y que nos invita a encontrarnos en sus páginas. En definitiva,
una preciosidad de libro, que guarda, entre sus elementos fantásticos un gran
estudio de la realidad.
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