El fin de la lectura se compone de un gran abanico de cuentos, que abre un sinfín de temas que se inmiscuyen en las relaciones humanas y las historias que de ellas surgen. Entre mis favoritos están “Anabela y el peñón” se construye una historia sobre los misterios del amor adolescente, en los límites de la vida. “Una silla para alguien” aborda la preparación de un paseo para alguien cubierto de nostalgia y que anda en una silla de ruedas. En “La belleza” relata la paradoja de la perfección a través de una mujer tan hermosa, cuya existencia se vuelve imposible. “Cómo maté a John Lennon” nos trae a un anónimo fan del cantante, que cuenta una verdad que lo atormenta desde que él murió. Y, por último, en “Monólogo del monstruo” un hombre analiza la causalidad de sus acciones y se revela como víctima de la mecánica del universo.
Así,
el libro es una colección de veinticinco cuentos y cuatro dodecálogos de un
cuentista, que recogen algunas reflexiones sobre el género. Neuman deja al
lector al borde de la risa o la tristeza, que se enmarcan a través de un título
que, con doble sentido, hace una parodia al mundo apocalíptico en el que
vivimos. Nos lleva a plantearnos cuál es el futuro de las letras, así como la
razón de ser de la literatura y sus posibilidades.
La
mayoría de ellos son interesantes y atractivos, pues con la característica
prosa del argentino, se crean personajes atractivos y dotados de energía, que se
ven envueltos en las peripecias de la
vida, a través de recursos interesantes e innovadores, contemplados en pequeñas
historias cargadas de impresión y asombro.
El
fin de la lectura nos invita a celebrar aquello que no hacemos y a encontrar
belleza en lo que no vemos. El humor surge como un mecanismo para soportar lo
terrible, mediante estas minitragedias que recalcan que leer te entrena para la
vida, para enfrentarte a la realidad, mientras que nos ayuda a entendernos, a
reconocernos e, incluso, para ser de vez en cuando otra persona.
En definitiva,
una antología preciosa, con una edición divina, que nos hace replantearnos y
que presenta a la lectura como un camino que nos permite ser muchos otros,
siendo esta una razón para leer y escribir. El fin de ello está muy lejos, sin
embargo, mientras llega, hay que leer a Neuman un sinfín de veces, porque no
existirá un escritor como él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario