Este libro se compone de diez relatos en los que el autor
reflexiona sobre la soledad, la familia, el amor, el sexo, el futuro, la
tecnología, el humor, el dolor y la sociedad, construyendo escenarios desde un
porvenir distópico hasta un hogar familiar, con un tono que oscila entre un
vago optimismo y el puro dolor de saber que la nostalgia es la única vía de
salvación dentro de la crisis.
Me encantan los libros de cuentos y este ha sido una
completa fascinación. Silva compone una selección de relatos que encajan entre
sí, en un número de empresas fracasadas que se basan en relaciones humanas fallidas, paseándose por diversos géneros, rozando la ciencia ficción y
manteniendo un hilo fatalista que conduce al argumento del fracaso propio de
los tiempos de crisis.
El escritor no se encasilla y, tal y como la vida misma,
narra desde distintos puntos de vista diversos temas que componen una sinfonía
de cuentos preciosa. Entre mis favoritos está Asarté, C.A, Una historia
familiar y el que nombra al libro; en ellos se presencia el talento para escribir
que John Manuel Silva posee, con un estilo limpio, sin nada de más, que se deja
fluir y que se arma como una de las mejores narrativas venezolanas contemporáneas.
"La literatura
tiene un profundidad y una lentitud que hay que reivindicar hoy en día. Estamos
en una de inmediatismo. El acto de agarrar un libro, dedicarse a leer una
historia que tiene un ritmo distinto, es un acto anacrónico pero necesario. Hay
que tratar de que las cosas se queden por más tiempo que sólo unos pocos
segundos", agrega el escritor.
En definitiva, este es un libro que llevaba muchísimo
tiempo buscando y que por fin he leído. Sin duda alguna, me ha encantado y se
los recomiendo para comenzar el año con buen pie, dejando atrás el fracaso de
ciertas empresas frustradas….
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