Viva mi Marcela.
El pasado año
2016, Serrano volvió a los planos editoriales con La novena, publicada por mi
amada Alfaguara, y yo no me pude resistir. A mediados de año me puse con ella y
quedé fascinada. Una vez más, Marcela reitera porqué es una de las voces más
importantes de la narrativa femenina latinoamericana del siglo XXI, con una historia
de amor, que se enmarca en la dictadura de Pinochet y las dificultades
femeninas.
De nuevo, incluye
en sus descripciones a personajes femeninos muy bien construidos y trabajados,
en sus luchas y dilemas, uniendo en suspenso, la política y las complejas
relaciones humanas en una novela que interna en los afectos de varias generaciones
de mujeres que enfrentan el dolor de ser traicionadas y traicionar a la vez;
colocando a Miguel Flores dentro de este mundo, siendo un atractivo
universitario chileno, que es detenido en una protesta en contra de la
dictadura de Pinochet y que tras unos días en el calabozo del cuartel policial,
es enviado a Mallaruco, una zona agrícola cerca de Santiago, aislada de toda
actividad política. En este panorama, sin recursos y obligado a firmar a diario
en el retén de carabineros, los días de Miguel transcurren en soledad y
decadencia, ya que su presencia genera temor y rechazo en los lugareños del
lugar, menos en Amelia, una mujer de mediana edad, viuda y dueña de la hacienda
La Novena, que lo acoge y le abre las puertas de su casa, a la par que le
muestra un mundo cultural y social que representa todo lo que él detesta,
haciendo que en su relación, comience a cuestionarse sus prejuicios, pasando
del amor al odio, siendo sus convicciones políticas las que dan un giro
doloroso en su vínculo, donde Marcela Serrano muestra el choque entre el mundo
rural y el universo militante, comunista y atacado por la historia
Es en este punto
donde la lectura se presenta como salvación, pues Amelia le da a Miguel “Mary
Barton”, la novela escrita por Elizabeth Gaskell (que no he leído, que vergüenza),
que retrata a Manchester en plena Revolución industrial y que, paradójicamente,
marca todo el devenir del protagonista, pues le da un refugio simbólico y real
cuando escapa a Europa, pues para los extranjeros, la literatura es un amparo y
profesión.
Serrano divide a
su novela en cuatro partes, más un epílogo, que marcan diferentes planos
temporales, que se alternan entre un narrador omnisciente y uno en primera
persona, con una historia que salta de 1985 a 2005 entre Chile e Inglaterra y
finaliza 30 años después del primer encuentro.
Amelia constituye
y continúa un linaje de mujeres fuertes e independientes, en compañía de su
prima Sybil, con quien establece una complicidad fraternal que le da a conocer
otros modos de pensar más liberales y a quien admira por "ser capaz
de llevar una vida significativa sin ser la mujer de nadie ni la madre de nadie
y, a estas alturas, la hija de nadie", ya que se convierte en su
confidente y sostén y que le transmite a su hija Mel, que treinta años más
tarde y con la misma autonomía, dirige la hacienda La Novena, haciendo así una
tríada de mujeres que han sido marcadas por los problemas de su país, el amor,
el dolor, el desengaño y la traición, siendo arquetipos de la liberalidad
femenina, con las que Serrano plantea los dilemas de la libertad de la mujer,
la sumisión, la infidelidad, el matrimonio, el sexo y el trabajo.
Es así como en La
Novena la dictadura no es sólo un trasfondo, sino también un detonante que
determina las relaciones de los personajes. “Pinochet es un veneno, le dijo
Amelia, y lo peor son sus Chicago Boys, el experimento que hacen con la
economía en Chile es el más peligroso, durará más que la dictadura misma,
acuérdate de mis palabras”. “Los que entendían de economía sabían lo que estaba
pasando”, explica Marcela, a lo que agrega que “yo no alcancé a entender el
daño, pero piensa que llegó Milton Friedman con sus Chicago Boys a este experimento
maravilloso que no tenían límites. No había Parlamento ni nada que les
detuviera, así que hicieron lo que quisieron. Poder practicar en un país el
sistema llevado al extremo fue el placer máximo del neoliberalismo. Y ese
sistema no se cambió cuando llegó la democracia, se mantuvo contenido un
tiempo, pero ya explotó y ha habido gigantescos movimientos que han expresado
su malestar por el neoliberalismo, aunque ha sido muy tarde. Jamás pensé que
íbamos a convertirnos en un país con un capitalismo tan salvaje”.
Haciendo así una
relación donde los libros y las charlas se convierten en los calmantes de
Miguel, permitiendo que sus emociones sean lo que lo ayuda a superar sus
prejuicios, hasta que su idea de que el fin justifica los medios los hunda en
el pleno dolor, desengaño y desamparo, haciendo un relato donde la culpa surge
como un fantasma y una sombra indeleble, que entereza en la última guarida,
para sobrellevar la traición mientras llega el perdón.
En definitiva, el regreso de Marcela Serrano viene
fuerte con una novela maravillosa, que habla del machismo, de política y de
traición de una manera sublime, como solo ella sabe hacerlo. Un libro más que
recomendado y una historia fabulosa que espero que disfruten tanto como yo.
Tiene buena pinta aunque no se si encaja demasiado con mi estilo, besos<3
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