Detrás de los altos muros, los
portones reforzados por barreras y grandes casetas de vigilancia, se encuentra
Altos de la Cascada, alejada del resto del mundo. Allí viven familias que
llevan un alto estilo de vida, que quieren mantenerlo cueste lo que cueste,
donde un grupo de amigos se reúne semanalmente, alejados de sus hijos y sus
esposas, que se han autodenominado “las viudas de los jueves”, pero una noche
se quiebra su rutina y comienzan a descubrir un país que se desmorona y el lado
oscuro de su vida “perfecta”.
Piñeiro se introduce de la crisis
argentina del 2001, a través de un narrador en primera persona, que se
intercala por los diferentes vecinos de la comunidad, retrocediendo para contar
lo que realmente pasó. Con una fluidez envidiable, la escritora relata con detalle
cómo ingresa a esa vida utópica la discriminación, la droga, la pornografía,
las infidelidades, la rebeldía, el maltrato y el abuso hacia la mujer,
demostrando que ninguna vida es perfecta y que el dinero no hace a la gente.
Maneja personajes muy bien
caracterizados, con un argumento convincente y escenas cotidianas y reales.
Poco a poco, la novela va dando un giro que nos llenan de sorpresas, hasta
llegar a un final alucinante, escrito con una prosa sencilla, ágil, que se lee
rápidamente, a través de personajes falsos, frívolos, tramposos, mentirosos,
hipócritas y corruptos que llenan de dureza e incertidumbre las páginas de Las
viudas de los jueves, que reflexiona sobre un estilo de vida que no se trata de
ser, sino de aparentar.
Se cuestiona ¿hasta dónde
estarías dispuesto a llegar para seguir manteniendo tu estilo de vida, mientras
este va constantemente a peor? En este sentido, la novela escrita por Piñeiro
es un extraordinario relato sobre los males del mundo en una microsociedad “de
plata” que revela que los comportamientos humanos no tienen distinción de
clases.
Saca a esa “buena sociedad”
obsesionada por la apariencia y la buena vida, dentro de una dialéctica
perversa, un mundo lleno de hipocresía, chismes, disimulos, infidelidades,
esposas de adorno, injusticias, soledad, incomunicación, crueldad y violencia
como en el resto de la sociedad de a pie. En esa tríada paraíso – caída –
redención, los protagonistas se encuentran al límite del mundo, demostrando el
desmoronamiento real e irreparable de aquellos que proyectan lo que no son.
En una historia sin héroes, llena
de figuras contrarias, Piñeiro se vale de un lenguaje perfectamente adecuado al
tema para hacer un análisis impecable del microcosmos social en un acelerado
proceso de decadencia. En definitiva, Las viudas de los jueves es un retrato
psicológico y social de un mundo acomodado, partiendo de una clase social
idealizada, que apuñala sin piedad y que deja al lector boquiabierto. De mis
favoritas de este año. Léanla, porque sí.
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