Vivan esos libros que alguna vez fueron
prohibidos (porque por algo será).
Comencé el año queriendo leer algo con
bastante drama. Me encantan los libros pesimistas y oscuros, y sin duda, el
título de éste encajaba con las tres características. Lo cierto es que Jude el
oscuro me ha encantado y va directo a los mejores del 2017. Tengo una debilidad muy grande por esas novelas en las que el
protagonista lo pasa fatal, y ésta es una de ellas. Además, escrita en pleno
siglo XIX, uno de mis períodos literarios favoritos, sin duda, no me podía
decepcionar.

Ambientada en el Wessex de finales del siglo
XIX, nos narra la historia de Jude, un eterno idealista, nacido en una familia
de campo claramente disfuncional, atrapado en un matrimonio en el que no es
feliz y enamorado de una quimera; su vida ejemplifica cómo las aspiraciones más
amplias de un hombre pueden verse limitadas fácilmente por el deseo. Con su prima Sue, una criatura contradictoria
en pensamiento y comportamiento, forma el gran amor adúltero de su vida, y se enfrenta
a la sociedad que a lo largo de la novela llega a ser incluso caricaturesca.
Por su parte, tenemos a Phillotson, el marido de Sue y la completa
personificación de la estabilidad y solidez moral y Arabella, la esposa de
Jude, que trabaja como camarera. El
deseo es uno de los ejes fundamentales de la obra. Por su parte Sue, etérea,
valiente, inteligente y timorata hasta el sadismo, y Arabella, casi animal, que
apuesta al sexo y no al corazón, instintiva y la oscura desencadenadora
involuntaria de la tragedia final.
Thomas Hardy, un inglés, narra una historia magistral y retrata con
una precisión envidiable el mundo rural de la época y reflexiona sobre la
condición humana, su grandeza y patetismo, que se ven reflejados a lo largo de
la historia mediante sus personajes.
Conocemos a Jude desde muy pequeño y lo
seguimos durante toda su vida. Ese chiquillo que vive casi en la indigencia y
que quiere ser un erudito, nos acompaña hasta convertirse en un adulto.
Conocerlo desde tan chiquito hace que todo sea más crudo, pues desde muy
pequeño hace reflexiones que no van acordes con su edad, es muy sensible, cosa
que lo lleva a adquirir una madurez impresionante. En fin, que la pasa mal casi
desde que nace, porque ni siquiera vive con su madre; él llora, está siempre
triste, pasa hambre, se ríen de él: es sumamente duro. No es un libro sencillo,
es complejo, entender el porqué de sus comportamientos tan pesimistas desde tan
corta edad es complicado y te deja con la empalizada en el suelo. Desde el
comienzo, su sensibilidad le da el toque de de dureza que plaga a la historia.
A pesar de su formación autodidacta sueña con
obtener un título universitario y se le atraviesan múltiples obstáculos para
que no pueda lograr esto. Entre su matrimonio precipitado y un amor imposible,
limitado por la sociedad, Jude se ve privado de lograr la formación académica
que tanto desea; y Hardy, a través de él, deja en claro que, por lo menos para
él, el matrimonio no debería ser un contrato irrevocable que te obligue a amar
de por vida a alguien; si el amor se acaba, aunque sigan viviendo juntos, la
esencia del vínculo matrimonial ha sido adulterada y ya no tiene validez. De
igual forma, si e l amor existe ¿para qué tener un contrato que lo reitere?
Sobra.

Y por otro lado tenemos a Phillostson,
el marido al que Sue abandona, que sí la amaba (no como Jude a Arabella), y que
se beneficia de su posición social para “conseguir” a una mujer joven y bonita,
y es obligado a permanecer junto a una mujer que no ama e irrumpe una esencia
sagrada que debería ser voluntaria. Todos los personajes pagan bastante caro el
atreverse a saltarse éstas normas sociales, más aún teniendo tanto que ver con la iglesia
católica y la “sagrada institución matrimonial”…
En definitiva, Jude el oscuro es una
novela maravillosa, que me ha encantado y que se directo a mi top de favoritos.
Una novela que critica la visión del matrimonio y que tal vez no está tan
alejada como creemos ¿aún seguimos pensando que el matrimonio es lo único que
hace valer a una mujer y que a juro debe hacerlo? ¿el sexo y la culpa van de la mano?
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